El general Moshe Dayan, un laicista manifiesto, de pie ante el muro proclamó que la ciudad dividida de Jerusalén había sido “reunida” por las FDI. “Hemos retornado a nuestros lugares más santos; hemos retornado y no los abandonaremos nunca”. Al término de la guerra de los seis días, Israel había ocupado no sólo Jerusalén, sino también Cisjordania, la franja de Gaza, la Península del Sinaí y los altos del Golán. Desde el principio Moshe Dayan dejó claro que Israel respetaría los derechos de los cristianos y los musulmanes a dirigir sus santuarios.El Gobierno israelí no ha dejado nunca de mantener esta política que pone de manifiesto que los conquistadores sionistas no carecían totalmente de respeto hacia los derechos sagrados de sus predecesores en Jerusalén.
La ley judía establecía que sólo al Mesías le estaría permitido construir el tercer templo. (Recuérdese que, aun cuando semejante santuario sería técnicamente el cuarto templo judío, durante la construcción del edificio de Herodes nunca se interrumpió el culto, por lo cual fue conocido como segundo templo).
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