sábado, 28 de abril de 2018

Lo único que importa es que sea bueno para Wall Street.


Cuenta David Harvey que los privilegios derivados de la propiedad y la gestión de las empresas se han fusionado  mediante el pago a los altos directivos con stock options, esto es, con derechos de compra sobre acciones de la compañía. De este modo, el valor de las acciones y no el de la producción, se convierte en la luz trazadora de la actividad económica y, tal y como se hizo visible con la caída de compañías como Enron, las tentaciones especuladoras que resultan de esto pueden convertirse en demoledoras.

El eslogan coreado con frecuencia durante la década de 1960 había sido “lo que es bueno para General Motors es bueno para Estados Unidos”, actualmente se ha transformado en que “lo único que importa es que sea bueno para Wall Street”. Por lo tanto, un notable foco del ascenso del poder de clase bajo el neoliberalismo, debe atribuirse a los altos directivos que son los operadores decisivos en los consejos de administración de las empresas, y a los jefes del aparato financiero, legal y técnico que rodea este santuario de acceso restringido de la actividad capitalista. Sin embargo, el poder de los auténticos dueños del capital, los accionistas, se ha visto en cierto modo menguado, salvo que obtengan un porcentaje de votos suficientemente alto como para influir en la política de la empresa. En más de una ocasión, los accionistas han perdido inmensas sumas de dinero a causa de estafas cometidas por los altos directivos y sus asesores financieros. Las ganancias especulativas también han hecho posible amasar enormes fortunas en periodos muy breves de tiempo (ejemplo de ello son Warren Buffet y George Soros).


La industrialización.

Partes y funcionamiento maquina de vapor.
Alrededor de 1780, empezó a producirse una transformación importante de las circunstancias económicas del hombre, no menos significativas que la (desde luego mucho más lenta) transformación del salvaje cazador paleolítico en el civilizado agricultor neolítico. El historiador británico Paul Kennedy dice que lo que hizo la industrialización, y en particular la máquina de vapor, fue sustituir fuentes inanimadas de fuerza por otras animadas; al convertir el calor en trabajo, con el empleo de máquinas (máquinas rápidas, regulares, precisas, incansables), la Humanidad fue capaz de explotar grandes y nuevas fuentes de energía. En la década de 1820 alguien que manejase varios telares mecánicos podía producir veinte veces más que un tejedor manual, mientras que una máquina de hilar tenía doscientas veces la capacidad de una rueca. Una sola locomotora
podía transportar mercancías que habrían requerido cientos de caballos de carga, y hacerlo con mucha mayor rapidez. Desde luego, la Revolución industrial tuvo otros muchos aspectos importantes; por ejemplo, el sistema fabril o la división del trabajo. Pero el punto vital fue el enorme aumento de la productividad, sobre todo en las industrias textiles, que a su vez estimuló la demanda de más máquinas, más materias primas (sobre todo, algodón), más hierro, más barcos, mejores comunicaciones, etc.


Sin embargo la Revolución industrial infligió terribles costes al nuevo proletariado que trabajaba en las fábricas y en las minas y vivía en las insalubres, atestadas y mal construidas ciudades. Kennedy subraya que el punto sustancial sigue siendo que el aumento sostenido en productividad de la era de la máquina trajo consigo beneficios generales con el tiempo. Por ejemplo, el salario medio en Gran Bretaña se elevó entre el 15 y el 25% entre los años 1815 y 1850, y el imponente 80% en el siguiente medio siglo.

A los que proclaman la derrota del cristianismo.

El Sermón de la Montaña
A los que sostienen que el Sermón de la Montaña ya no tiene sentido alguno y proclaman la derrota del cristianismo con la llegada de una era poscristiana, el filósofo alemán Max Scheler les responde que el cristianismo es antiguo sin duda, pero a la vez es joven, y con un gran futuro por delante: “En el centro de esa orientación moral de la vida que llamamos cristiana está el gran mandamiento: “Amarás a Dios con todo el corazón y con toda el alma y al prójimo como a ti mismo”. ¿Qué pensamientos y sentimientos puede tener aquel que, prescindiendo de la historia y de la interpretación de este mandamiento, parte de él y echa una mirada a la miseria del estado actual europeo e incluso a todo el mundo? El sentimiento se llama desesperación, cuanto más literalmente interprete el mandamiento. 

Sin embargo es un
Max Scheler
hecho que la cultura europea tiene raíces cristianas. Es un hecho que la propia Europa se considera cristiana y que, desde hace dos mil años, pretende educar a sus hijos según principios cristianos. En cualquier caso, no se puede aceptar el fracaso del cristianismo en Europa, y Scheler afirma: “Tenemos delante una enorme historia del futuro, y el cristianismo, si se compara con otras instituciones terrenales, es antiguo, sin duda, pero también joven y nuevo para todos aquellos que consiguen entender claramente el esencial sentido duradero de los valores religiosos en relación con los valores culturales”.

viernes, 27 de abril de 2018

Gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo.

19 de noviembre 1863: Lincoln dice el famoso discurso de Gettysburg, que es un momento fundamental para la historia de los Estados Unidos de 'América
En el discurso pronunciado en Gettysburg en 1863, Lincoln tuvo a bien caracterizar la democracia con un aforismo que parece haber expresado mejor que ningún otro el espíritu del gobierno democrático: “Government of the people, by the people, for the people”. Es sintomático que este aforismo no se deje nunca aprehender con precisión. En castellano, la fórmula de Lincoln se puede expresar como gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo. ¿Queda claro? A primera vista sí, pero sólo a primera vista.

Stalin.
El aforismo de Lincoln es sinónimo de democracia porque fue Lincoln el que lo dijo. Pero pongámoslo, hipotéticamente, en boca de Stalin. ¿Hipótesis absurda? No. Stalin no habría tenido dificultad en suscribirlo, interpretando gobierno del pueblo en el sentido de que el proletariado era el objeto de su gobierno, y que él gobernaba mediante el pueblo en interés del proletariado, para el pueblo. Por lo tanto, la fórmula de Lincoln destaca por su ímpetu estilista, por su carga poética. Pero, decía, el aforismo nunca se deja aprehender con precisión, no estrecha, no concluye.

La cuestión es, aquí, la de fundar la democracia. Y un fundamento de legitimidad no atribuye verdad, atribuye un derecho. El pueblo no tiene siempre razón en el sentido de que nunca se equivoca, sino en el sentido de que tiene el derecho a equivocarse, y que el derecho a equivocarse compete a quien se equivoca por sí solo, en perjuicio propio.


Giovanni Sartori dice que “la democracia se basa en la
competencia entre partidos, de la misma forma que la economía de mercado se basa en la competencia entre productores. Por otra parte, la analogía entre mercado político y mercado económico no se sostiene demasiado bien. La diferencia es que la competencia entre productores económicos está sometida al control de los consumidores, que precisamente consumen, y por lo tanto están en condiciones de apreciar de manera tangible las mercancías que les son ofrecidas. En cambio la competencia entre partidos políticos está sometida a una criba mucho menos eficaz, ya que en este caso los bienes no son muy tangibles ni de consumo inmediato. Añádase que la competencia económica está sujeta a control legal, que el fraude comercial está penado, mientras que el fraude político queda legalmente impune. El comerciante que vende perlas falsas por verdaderas va a la cárcel; el político que vende humo a menudo consigue venderlo de verdad y de todas formas no va a la cárcel. Por lo tanto, la diferencia es que en política la competencia desleal, mentirosa y, precisamente, demagógica queda impune y a menudo resulta rentable para el demagogo. Legalmente no lo podemos impedir, estamos impotentes. El único correctivo consiste en un público que no se deje engañar, o por lo menos que no lo sea masivamente y todo el tiempo”.

No fue una sorpresa que venciera la contrarrevolución.

Azaña y Negrín 
Ningún aspecto de la conducta de Franco en la guerra fue tan crucial para su victoria como la unidad de mando que él mismo ejerció; el régimen del Frente Popular en ningún momento contó con nada parecido y en un grado semejante, ni siquiera durante el Gobierno de Negrín. Incluso en opinión del propio Negrín, la gran debilidad del Frente Popular no fue tanto su incapacidad militar como la ausencia de unidad, el desánimo y los errores de los dirigentes políticos, tal y como dejó claro en sus comentarios sobre sus conversaciones con George Orwell tras la guerra. “También Orwell inquiría por las causas de nuestra derrota, que yo sostuve y sostengo más se debió a nuestra inconmensurable incompetencia, a nuestra falta de moral, a las intrigas, celos y divisiones que corrompían la retaguardia, y por último a nuestra inmensa cobardía que a
George Orwell 
la carencia de armas. Cuando digo nuestra, naturalmente, no me refiero a los héroes que lucharon hasta la muerte o sobrevivieron a toda suerte de pruebas, ni a la pobre población civil, siempre hambrienta y al borde de la inanición. Me refiero a nosotros, a los dirigentes irresponsables, quienes, incapaces de prevenir una guerra, que no era inevitable, nos rendimos vergonzosamente, cuando aún era posible luchar y vencer. Y conste que no distingo cuando digo nosotros. Como en el pecado original, hay una solidaridad en la responsabilidad, y el único bautismo que puede lavarnos es el reconocimiento de nuestras faltas y errores comunes (carta de Negrín a Herbert L. Matthews).

La desunión y la consabida ineptitud de los dirigentes fueron las principales debilidades de la izquierda, tal y como acabó reconociendo el propio Juan Negrín. Este fue el factor más importante en la derrota de la izquierda.

El cadáver de una monja, sacado por milicianos republicanos de su nicho en un convento de Barcelona.

Dice Stanley Payne que la Guerra Civil española fue también única en su aspecto de guerra de religión, debido al estallido de un violento anticlericalismo y a la vehemente respuesta que este que generó. En cierto sentido se puede afirmar que esto fue casi tan importante como la movilización militar. Por otro lado, no fue una sorpresa que venciera la contrarrevolución, porque eso era lo que había ocurrido, en general, en todos los países europeos. La contrarrevolución había triunfado en Finlandia, en los estados bálticos, en Alemania, en Italia y en Hungría, y más adelante triunfaría también en Grecia. Las excepciones fueron Rusia y, más tarde, Yugoslavia.

Polykarpov
Cuando se cumplía ya la última fase de la guerra, los mejores tanques de Franco eran los cerca de 80 vehículos soviéticos que habían capturado a los republicanos y que entraron a formar parte de dos unidades de tanques del Ejército Nacional. Este es solo uno de los muchos ejemplos, dice Payne, en los que se observa cómo los nacionales utilizaron en gran medida el armamento que arrebataban a los republicanos, lo que constituyó un aspecto importante para la superioridad armamentística de los rebeldes a lo largo de 1938. Los cazas Polykarpov, fabricados en la zona republicana, de los que se apoderó Franco al final de la guerra estarían volando con la fuerza aérea española durante casi quince años 

El militar tiene valores de un mundo distinto.

La guerra, como han demostrado los teóricos, está relacionada con la economía, la diplomacia y la política; pero esta relación no significa identidad ni similitud. La guerra es totalmente distinta de la diplomacia y de la política porque tienen que hacerla hombres cuyos valores y cuya capacidad no son los de los políticos y los diplomáticos. Son valores de un mundo muy distinto, un mundo muy antiguo que existe en sintonía con el mundo cotidiano, pero que no forma parte de él. Ambos mundos cambian con el paso del tiempo, y el del guerrero sigue los pasos del civil, pero a una cierta distancia. Y esa distancia nunca se anula, pues la cultura del guerrero no puede ser nunca la de la civilización, dice el historiador militar ingles Sir John Desmond Patrick Keegan.



Un general, dice Keegan, puede ser o no objeto de admiración, ya que esta es suscitada por algo más que las simples insignias de superioridad. La admiración radica en la fama que ostente como hombre entre los demás, fama que se ha ido atesorando a lo largo de muchos años a la vista de la tribu que constituye su regimiento. Y esa tribu la componen no solo los oficiales de igual rango, sino también los sargentos y la tropa. “Malo para la tropa” era la descalificación suprema. Un oficial puede ser listo, competente, trabajador; pero si sus soldados abrigan dudas respecto a él, ninguna de tales cualidades cuenta. No forma parte de la tribu.

jueves, 26 de abril de 2018

New Age.

mujer con poder en sus manos new age
Richard Dawkins, que fue titular de la cátedra Charles Simonyi de Difusión de la Ciencia en la Universidad de Oxford, opina que si hay personas que desean creer en basura como la astrología o la curación por cristales, ¿por qué no permitírselos? Pero es que resulta tan triste pensar en todo lo que se están perdiendo. Hay tanta maravilla en la auténtica ciencia. El universo ya es lo bastante misterioso como para que necesitemos la ayuda de hechiceros, chamanes y adivinos embusteros. Todos estos constituyen, en el mejor de los casos, distracciones que nos envilecen. En el peor de ellos, se trata de peligrosos aprovechados.

new age
Vaya a una tienda de artículos New Age y eche un vistazo a los cristales que allí se exponen, junto a todo el resto del aparato del fetichismo y la farsa kitsch. Los cristales no darán respuesta a sus intentos de programarlos para la meditación o de consagrarlos con pensamientos cálidos y amorosos. Tampoco lo curarán a usted de nada ni llenarán la habitación con paz interior o energía psíquica.

Para el bolchevismo, el valor moral supremo lo representaba el partido.

León Trotsky
Trotsky descalificó como “las patrañas papistas y cuáqueras la santidad de la vida humana”, una visión que respaldó con las ametralladoras apuntando a las espaldas de sus propias tropas. Para los marxistas, la ética era una rama de la metafísica, un artificio superestructural bajo el que se camuflaba un orden social injusto. Bujarin escribió que la construcción del comunismo podía compararse con un carpintero cuando fabrica un banco, que todo lo que es conveniente es a su vez necesario: “La “ética” se transforma a sí misma para el proletariado, paso a paso, en unas normas de conducta simples y comprensibles necesarias para el comunismo, de modo que, de hecho, deja de ser ética”.
Para el bolchevismo, el valor moral supremo lo representaba
Lenin y Trotsky
el partido como fuerza motriz de la lucha de clases; cualquier cosa que obstruyera o se resistiera a la marcha del progreso era, a priori, mala. “Todo lo que sirve a la revolución mundial es moral, y todo lo que sirve para dividir las filas del proletariado, desorganizarlo y debilitarlo, es inmoral”. Los conceptos de asesinato y robo fueron sustituidos por los de liquidación y expropiación.


Mucho antes de Stalin, los bolcheviques habían tratado agresivamente de destruir la Iglesia ortodoxa, sus monjes y sacerdotes obstaculizaban el acceso del partido a las mentes de la mayoría campesina, y les proporcionaba una versión de la existencia humana y un código moral que era diametralmente opuesto a la retórica progresista del marxismo.


miércoles, 25 de abril de 2018

Amar significa mezclar dos biografías.

Erich Fromm
Erich Fromm captó el dilema en su esencia cuando observó que “la satisfacción en el amor individual no se puede alcanzar… sin verdadera humildad, valentía, fe y disciplina”. Pero añadía que, “en una cultura en la que dichas cualidades son raras, la consecución de la capacidad de amar debe seguir siendo un extraño logro”. Amar significa estar decidido a compartir y a mezclar dos biografías, cada una con su diferente carga de experiencias y recuerdos y su propia singladura. Por la misma razón, significa un acuerdo cara al futuro y, por tanto, cara a ese gran desconocido. Significa hacerse dependiente de otra persona dotada con una libertad parecida para elegir y con voluntad para mantener dicha elección, y, por tanto, de otra persona llena de sorpresas, imprevisible. Mi deseo de amar y de ser amado sólo puede culminarse si una auténtica disposición a que sea en las “duras y en las maduras” lo respalda, a
comprometer mi propia libertad si fuera necesario, de modo que la libertad de la persona amada no sea violentada. En el Banquete de Platón, Diotima de Mantinea le señala a Sócrates, con el acuerdo incondicional de este último, que el “amor no es para la belleza, como piensas”, “es para engendrar y dar a luz en la belleza”. Amar es desear “engendrar y procrear” y, por tanto, el amante “va buscando de un lado a otro la cosa hermosa en la que poder engendrar”. El amor no encuentra su sentido en el ansia por cosas conclusas, terminadas y fabricadas de antemano, sino en la urgencia por participar en y contribuir a que dichas cosas se hagan realidad. El amor es afín a la trascendencia; sólo es otra denominación del impulso creativo y está plagado de riesgos, como lo están todos los procesos creativos, que jamás saben dónde van a ir a parar.

Como ha sugerido Anthony Giddens, la vieja y romántica idea del amor como elección de una pareja exclusiva “hasta que la muerte nos separe” se ha sustituido, a lo largo del proceso de liberación individual, por un “amor confluente”, una relación que sólo dura en la medida en que (y ni un instante más) satisfaga a ambos miembros de la pareja. En el caso de las relaciones, uno quiere que el “permiso para entrar” conlleve un “permiso para salir” en cuanto uno vea que no hay motivo alguno para quedarse.

Zygmunt Bauman
Dice Zygmunt Bauman que como el comienzo de una relación requiere el consentimiento de dos y para acabar con ella basta con la decisión de uno solo de sus miembros, toda relación de pareja está condenada a ser blanco constante de la ansiedad. ¿Y qué pasa si el otro se aburre antes que yo? La disponibilidad de una salida fácil constituye en sí misma un obstáculo formidable para la consumación del amor. Hace que sea mucho menos probable el tipo de esfuerzo a largo plazo que dicha consumación requeriría, que se sea susceptible de ser abandonado mucho antes de alcanzar una conclusión gratificante, rechazado por “no salir mucho a cuenta”, molesto por un precio que uno considera que no hay motivo alguno para pagar, teniendo en cuenta los sustitutos aparentemente más baratos asequibles en el mercado.

Es necesario leer la historia con curiosidad y desconfianza.


La historia, que debería ser desapasionada, clarividente y justa, también tiene la tendencia a posteriori de dar a quien en la vida real ya recibió en abundancia; también ella se inclina, como la mayoría de la gente, del lado del éxito; también ella engrandece a posteriori a los grandes, a los vencedores, y empequeñece o silencia a los vencidos. Sobre los famosos acumula además la leyenda a su fama real, y cada uno de los personajes grandes aparece en la óptica de la historia casi siempre mayor de lo que fue en realidad, mientras que a los incontables pequeños se les quita lo que se les agrega a los grandes.

Por lo tanto, leyendo a Stefan Zweig, diría que es necesario no leer la historia de un modo crédulo, sino con curiosidad y desconfianza, porque la historia secunda la profunda inclinación de la humanidad a la leyenda, al mito, y, de forma consciente o inconsciente, exalta a unos pocos héroes hasta la exageración mientras que deja caer en la oscuridad a los héroes de lo cotidiano, a los personajes heroicos de segunda y tercera fila. Pero la leyenda, justamente por la seducción, por el brillo de lo completo y perfecto, es siempre el enemigo más peligroso de la verdad, y por eso es nuestro deber examinarla continuamente y acomodar el verdadero alcance a su medida histórica.

Nuestro deber, dice Zweig, será siempre no admirar el poder
en sí, sino sólo a las escasas personas que lo consiguieron de forma honrada y justa. De forma honrada y justa sólo lo consigue realmente el hombre espiritual, el científico, el músico, el poeta, porque lo que ellos dan no se lo han quitado a nadie. El dominio terreno, militar y político de un individuo surge sin excepción de la violencia, de la brutalidad; por lo cual en vez de admirar ciegamente a los vencedores hemos de formularnos siempre la pregunta: ¿por qué medios y a costa de quién triunfa alguien? Porque cuando en lo material, en lo político, surge el gran poder de un individuo, raras veces surge de la nada o de un bien sin dueño, sino que casi siempre es de otros, se les arrebata a los más débiles; casi siempre cada gran aureola tiene sospechosamente un brillo de color sangre.

martes, 24 de abril de 2018

El derecho constitucional europeo reconoce que en todos sus Estados regirán las Constituciones de cada uno de los Estados miembros.


El derecho constitucional europeo reconoce que en todos sus Estados regirán las Constituciones de cada uno de los Estados miembros. España tiene una Constitución que los propios nacionalistas catalanes ayudaron a redactar y que suscribieron como un pacto político para poder existir dentro de España. Una Constitución que fue aprobada en 1978 por referéndum, referéndum en el que también participó el pueblo catalán. Un texto constitucional redactado, entre otros, por Miquel Roca, exsecretario general del CDC e histórico nacionalista catalán. Según esta Constitución no se pueden convocar referéndums o consultas que afecten a la unidad de España. Nuestra Constitución en ese punto es similar a la de Estados Unidos.

En España, según la Constitución, no se puede convocar un referéndum para que los ciudadanos de una nacionalidad o región decidan si quieren constituirse en Estado independiente. No lo puede convocar la comunidad autónoma, pero tampoco el Estado. No es un problema de titularidad de la competencia para convocar tal referéndum, sino de la inconstitucionalidad absoluta de convocarlo. El propio acto de preguntar es anticonstitucional.

España y Cataluña se encuentran en una posición distinta a
la del Reino Unido de Gran Bretaña y Escocia, o Canadá y Quebec. Nadie discute en estos dos países que se puede convocar un referéndum para que los ciudadanos de Escocia o de Quebec puedan decidir si quieren ser independientes o no. Su Constitución se lo permite.

La revolución que trajo la escritura.

John Searle, profesor de filosofía en la Universidad de California en Berkeley, describe qué le sucede a la mente humana cuando la escritura pasa a formar parte de la cultura: “La escritura es esencial para la creación de lo que concebimos como civilización humana. Tiene una capacidad creadora que posiblemente ni siquiera se pretendía. Creo que no se entiende la plena importancia de la revolución que trajo la escritura si se piensa en ella como en la preservación de información para el futuro. Hay dos áreas donde marca una diferencia absolutamente decisiva para toda la historia de la especie humana. Una es el pensamiento complejo. Hay un límite a lo que se puede hacer con la palabra hablada. En realidad, no se puede hacer alta matemática o siquiera formas más complejas de argumentación filosófica a no ser que se disponga de alguna forma de escribirlo y examinarlo. De modo que no es suficiente pensar en la escritura sólo
John Searle
como una forma de registrar, para el futuro, hechos sobre el pasado y el presente. Antes al contrario, resulta inmensamente creadora. Pero hay un segundo aspecto de la escritura que no es menos importante: al escribir, no sólo se registra lo que ya existe, sino que se crean entidades nuevas, dinero, corporaciones, gobiernos, formas complejas de sociedad… La escritura es esencial para todas ellas.

lunes, 23 de abril de 2018

Paraísos fiscales.


En el año 2010, la Universidad de Michigan publicó un estudio que constataba la existencia de cincuenta y dos paraísos fiscales. La mayoría, en territorio de países miembros del G-20. Keynes proponía la eliminación de esos paraísos porque perturban un orden medianamente justo.

Los niños son las víctimas silenciosas de la inmoralidad sexual.

Como en toda relación centrada en uno mismo, los compañeros de fechorías convierten sus vidas en un infierno y, lo que es mucho peor, convierten en un infierno en la tierra la vida de sus hijos. Siempre son los niños los que acaban sufriendo las consecuencias del desenfreno sexual, bien porque se acaba poniendo fin a sus vidas en el vientre de su madre, bien porque el egoísmo de sus padres hace su vida insoportable. Los niños son las víctimas silenciosas de la inmoralidad sexual, afirma el profesor y escritor británico Joseph Pearce.

La pasión desbocada es destructiva, y no aporta ni felicidad
ni satisfacción. Al contrario, hace sufrir a todos los implicados. Dice Pearce que los sentimientos que conducen a relaciones de ese tipo nada tienen que ver con el amor. El egoísmo nunca es amor. El amor no es un sentimiento, sino una acción. Es la entrega de la propia vida por el amado. No es la entrega de la vida de otro, o del cuerpo de otro, para nuestra propia satisfacción.

Los niños son las víctimas silenciosas de la inmoralidad sexual

El amor no es un sentimiento, sino una acción.

domingo, 22 de abril de 2018

La fe es la fuerza de la vida.

Tolstói habla de la necesidad de la fe: 

León Tolstói
“Mi desarraigo de la fe se produjo del modo habitual entre la gente que ha recibido nuestro mismo tipo de educación. Me parece que en la mayoría de los casos sucede así, la gente vive como vive todo el mundo, y todo el mundo vive basándose en principios que no sólo no tienen nada que ver con la fe, sino que, las más de las veces, se oponen a ella. La fe no participa en la vida, no regula en modo alguno nuestras relaciones con los demás ni es preciso que la confirmemos en nuestra propia vida; la fe se profesa en algún lugar lejos de la vida e independientemente de ella. Si nos topamos con la fe, será sólo como un fenómeno externo, no ligado a la vida.

Pensando en la gloria que me proporcionarían mis obras, me decía: «Muy bien, serás más famoso que Gógol, Pushkin, Shakespeare, Molière, y todos los escritores del mundo, ¿y después qué?». Y no podía responder nada, nada…….Mi pregunta, la que a los cincuenta años me condujo al borde del suicidio, era la más sencilla: reside en el alma de todo ser humano, desde el niño estúpido hasta el anciano más sabio, una pregunta sin la cual la vida es imposible, como yo mismo he experimentado. La pregunta es: «¿Qué resultará de lo que hoy haga? ¿De lo que haga mañana? ¿Qué resultará de toda mi vida?». Expresada de otra forma, la pregunta sería la siguiente: «¿Para qué vivir, para qué desear, para qué hacer algo?». O formulada todavía de otro modo: «¿Hay algún sentido en mi vida que no será destruido por la inevitable muerte que me espera?»

Tolstoi con sus nietos
Si nos volvemos hacia las disciplinas que no tratan de resolver las cuestiones de la vida, sino que dan respuesta a sus preguntas específicas, científicas, nos admiramos de la fuerza del intelecto humano, aun sabiendo por anticipado que no encontraremos respuesta a la cuestión de la vida. Esas ciencias la ignoran abiertamente. Dicen: «No podemos responderte quién eres ni por qué vives; no tenemos respuestas a esas preguntas, y no nos ocupamos de eso. Pero si necesitas conocer las leyes de la luz y de los compuestos químicos, las leyes del desarrollo de los organismos; si necesitas conocer las leyes de los cuerpos, su forma y la relación entre números y tamaños; si necesitas conocer las leyes de tu intelecto, para todo eso tenemos respuestas claras, precisas y categóricas».

Si el filósofo llama a esa esencia de la vida que está en mí y en todo lo que existe «idea», «sustancia», «espíritu» o «voluntad», no dice más que una sola cosa, esto es, que esta esencia existe y que yo soy esa misma esencia, pero por qué existe él no lo sabe, y, si es un pensador riguroso, no lo responde. Y pregunto yo: «¿Por qué existe esa esencia y qué resultará del hecho de que ella es y será?». Y la filosofía no sólo no da una respuesta, sino que todo lo que puede hacer es esa pregunta.


Me di cuenta de que las respuestas dadas por la fe, por muy irracionales y distorsionadas que fueran, tenían la ventaja de introducir la relación entre lo finito y lo infinito, sin la cual no puede haber solución. Sea cual sea la manera en que planteo la pregunta de cómo debo vivir, la respuesta es: «Conforme a la ley de Dios». «¿Cuál será el resultado auténtico de mi vida?». El tormento eterno o la felicidad eterna. ¿Cuál es el sentido que no destruye la muerte? La unión con el Dios infinito, el paraíso. Así, fui conducido de un modo inevitable a reconocer que toda la humanidad posee, además del conocimiento racional, que antes me parecía el único conocimiento posible, otro conocimiento, de tipo irracional: la fe, que nos da la posibilidad de vivir……..La fe es el conocimiento del sentido de la vida humana, gracias al cual el hombre no se aniquila, sino que vive. La fe es la fuerza de la vida. Si un hombre vive, es porque cree en algo. Si no creyera que debe vivir por algo, no viviría. Si no ve ni comprende el carácter ilusorio de lo finito, cree en lo finito. Si comprende el carácter ilusorio de lo finito, es preciso que crea en lo infinito. Sin fe es imposible vivir."

La verdad no es inculcada, pues está en cada uno.

Antonio Corradini: La verdad velada
Søren Kierkegaard (1813– 1855), que fue un prolífico filósofo y teólogo danés y se le considera el padre del existencialismo, decía que si la verdad ha de aprenderse, tenemos que presuponer que no se halla ahí y que, en cuanto debe aprenderse, se la busca. Topamos con la dificultad hacia la que Sócrates dirigía la atención en el Menón presentándola como una “propuesta guerrera”. A un hombre le resulta imposible buscar lo que sabe y le es igualmente imposible buscar lo que no sabe, porque lo que sabe no puede buscarlo, pues ya lo sabe, y lo que no sabe tampoco puede buscarlo, pues ni siquiera sabe qué debe buscar. Sócrates
Kierkegaard
resuelve la dificultad a través de la idea de que todo aprender y todo buscar es sólo recordar, de tal modo que el ignorante no necesita más que rememorar para llegar a ser consciente de lo que sabe. Así pues, “la verdad” no le es inculcada, pues estaba en él. En ella se concentra realmente el pathos griego que se convierte en una prueba de la inmortalidad del alma.


La felicidad eterna, dice Kierkegaard, me ha sido concedida retrospectivamente a partir de la posesión de la verdad que yo tenía desde el comienzo sin saberlo. Sócrates afirma que sólo desearía preguntar, porque la intención final de todo preguntar es que el propio interrogado posee la verdad y ha de alcanzarla por sí solo.

sábado, 21 de abril de 2018

Al otro lado del tapiz.



“Estamos al otro lado del tapiz”, dijo el padre Brown, el famoso clérigo detective de G. K. Chesterton. Y la verdad es que sí. Como mucho lo que se nos concede ver de la gran obra celestial del mejor fabricante de tapices son algunos cabos sueltos y algunas hebras.

Todos descendemos de los mismos antepasados.


Todos descendemos de los mismos antepasados africanos. Todos y cada uno de nosotros formamos parte de una enorme diáspora africana; todos llevamos a África en nuestro ADN, y toda nuestra cultura comenzó allí. 

Wangari Maathai
Wangari Maathai, una ecologista keniana y premio Nobel de la Paz, evalúa las consecuencias de ello. “La información que tenemos nos dice que vinimos de algún lugar de África oriental. Dado que estamos tan acostumbrados a estar divididos en función de criterios étnicos, en función de criterios raciales, y que constantemente buscamos razones para ser diferentes unos de otros, debe de resultar sorprendente para algunos de nosotros comprender que lo que nos diferencia es normalmente muy superficial, como el color de nuestra piel, el color de nuestros ojos o la textura de nuestro pelo, pero que, esencialmente, todos procedemos del mismo tronco, tenemos el mismo origen. Así en la medida en que sigamos entendiéndonos y apreciándonos mutuamente, sobre todo cuando llegamos a entender que todos tenemos el mismo origen, nos liberaremos de muchos de los prejuicios que hemos abrigado en el pasado”.

viernes, 20 de abril de 2018

Conciencia de la propia muerte.

Una de las características que hace del homo sapiens un fenómeno único en la naturaleza es la de tener conciencia de su propia muerte. No sólo conciencia,      también temor y, .de alguna manera, una especie de rito de celebración.

Se puede vivir sin conocer, pero es en absoluto imposible vivir sin amar, sin venerar, sin adorar, sin respetar.

Antonio Caso.
Antonio Caso, filósofo mexicano, decía que necesitamos, además de una Filosofía Natural, que nos diga qué es el mundo, una Filosofía Moral que nos enseñe qué significación tiene. Por tal razón, toda filosofía se resume en una cosmología y una ética; pero si se nos pregunta cuál de las dos teorías es más importante, quedaríamos perplejos y, tal vez respondiésemos, la última. Sin saber nada o casi nada de la naturaleza de las cosas, hemos vivido siempre. No podríamos vivir en cambio, sin saber cómo es bueno vivir. La moral o teoría de la significación de la vida, doctrina del deseo y de la voluntad, es más importante que el análisis matemático, las fórmulas lógicas y las ciencias naturales e históricas. Se puede vivir sin conocer, al menos sin conocer metódicamente; pero es en absoluto imposible vivir sin amar, sin venerar, sin adorar, sin respetar. Respeto, adoración, veneración y amor, dicen a gritos, moralidad.

La filosofía, dice Caso, enseña a todos a ser heroicos como los héroes, santos como los santos, sabios como los sabios, artistas como los artistas, industriosos como los industriosos, puros y limpios de corazón. Acaso nunca sepamos qué es la vida. Pero desde ahora, sabemos que la debemos exaltar, hasta hacer de cada uno de nosotros un hombre absoluto. Cuando cada quien reproduzca la grandeza divina de Cristo, la filosofía será inútil. Mientras tanto, parece discreto seguirla practicando.

jueves, 19 de abril de 2018

Nicolas Maduro solo tiene el apoyo de Evo Morales y Raul Castro.


Nicolas Maduro solo tiene el apoyo de Evo Morales y Raul Castro. Los presidentes de América reunidos en una cumbre en Perú anunciaron que no reconocerán las elecciones en Venezuela, argumentando que no son justas porque no puede participar la oposición.

Venezuela irá a las urnas el 20 de mayo para elegir presidente y Nicolás Maduro buscará su reelección, pero los principales líderes opositores tienen prohibiciones judiciales para postularse en los comicios, en medio de una severa crisis política, económica y humanitaria que obligó a miles de venezolanos a emigrar.
Presidente chileno Sebastián Piñera.
“Las elecciones no son democráticas, no son transparentes y por tanto ningún país que de verdad quiere la democracia debería reconocer esas elecciones”, dijo el presidente chileno Sebastián Piñera, durante su discurso en la sesión plenaria de la cumbre en Peru que busca consensos para tomar acciones contra la corrupción.