domingo, 8 de abril de 2018

Los cambios fundamentales en la vida humana empezaron a cobrar forma hacia el año 11000 a. J.C.

Granjeros en el Neolítico.
Los cambios fundamentales en la vida humana empezaron a cobrar forma hacia el año 11000 a. J.C., en los albores del Neolítico o era de la “Piedra Nueva”. Entre los grandes adelantos se incluyeron el desarrollo de la producción de alimentos, el inicio de los asentamientos semipermanentes y permanentes, y la rápida intensificación del comercio, tanto local como de largo recorrido.

Escena de caza en el Neolítico.
Hacia el año 11000 a. J.C., la mayoría de los grandes rebaños de animales de caza había abandonado el antiguo Oriente Próximo. No obstante, los pueblos que vivían en los territorios que en la actualidad comprenden Turquía, Siria, Israel y el oeste de Irán estaban prosperando porque el clima más cálido y húmedo creaba un entorno ideal para que florecieran los cereales silvestres. En toda esta región (conocida como el Creciente Fértil), los hombres disfrutaban de recursos vegetales suficientes para sostener asentamientos estacionales, e incluso a veces permanentes. Este hecho posibilitó el paso a una existencia sedentaria. El surgimiento de asentamientos semipermanentes y permanentes, permitidos por un abastecimiento de alimentos mayor y más fiable, provocó profundos efectos en la vida humana. El más importante fue el rápido incremento demográfico.

Croquis de Çatal Hüyük
Los profesores Judith G. Coffin y Robert C. Stacey cuentan que en la actual Turquía se ha descubierto un asentamiento agrícola arcaico, Çatal Hüyük. En la cima de su prosperidad, entre aproximadamente los años 6500 y 5500 a. J.C., sus habitantes producían una amplia gama de comestibles agrícolas, entre los que se incluían guisantes, lentejas, fruta, frutos secos y cereales. La carne y los productos lácteos también constituían una parte importante de su dieta. Çatal Hüyük nos proporciona las primeras pruebas de rebaños bobinos domésticos. Pero aunque sus dietas eran relativamente ricas, la esperanza de vida seguía siendo corta. Los hombres morían a una edad media de treinta y cuatro años, y las mujeres, en torno a los treinta. Çatal Hüyük ilustra además el impacto que causarían los excedentes agrícolas almacenables en las relaciones sociales humanas. Por primera vez comenzaron a surgir diferencias significativas en la cantidad de riqueza que los individuos podían obtener y guardar para sí mismos y sus herederos. Al mismo tiempo, la dependencia de la agricultura dificultaba que las personas se separaran de la comunidad cuando las consecuencias de la diferenciación social y económica llegaban a ser opresivas. El resultado fue el surgimiento de una sociedad humana mucho más estratificada, con una mayor especialización de funciones sociales que antes. Tanto en Jericó como en Çatal Hüyük los habitantes especulaban sobre los poderes sobrenaturales
Çatal Hüyük
que a su entender regían el mundo y cómo podían relacionarse con ellos. Éste también fue un paso de tremenda importancia en la evolución de la cultura humana. Además, el hecho de que los hombres creyeran que esas fuerzas requerían servicios y regalos especiales en forma de ritual y sacrificio auspició el surgimiento, con el paso del tiempo, de una clase sacerdotal.Este liderazgo religioso fue el puente natural para el surgimiento de otras formas de autoridad más claramente políticas, acaudillar bandas guerreras, construir defensas y extraer recursos de quienes se hallaban sometidos a su autoridad.

En el año 5000 a. J.C. ya funcionaban redes comerciales de largo recorrido por todo Oriente Próximo. Las rutas comerciales locales eran sin duda aún más antiguas.Lo que subyacía en todos estos cambios sociales y económicos era el grado creciente de especialización que habían posibilitado los excedentes agrícolas.


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