sábado, 14 de abril de 2018

Sólo el débil se vuelve intransigente y grosero.


Franz Kafka decía que la agresión sólo es un artificio, una maniobra con la que normalmente no queremos más que disimular nuestra debilidad ante nosotros mismos y ante el mundo. La fuerza duradera de verdad sólo está en quien resiste. Sólo el débil se vuelve intransigente y grosero, y normalmente expulsa con su actitud toda su dignidad humana. 
Cada insulto, continua Kafka, contribuye a demoler la mayor invención del hombre, el lenguaje. Quien insulta injuria al alma. Es un atentado contra la piedad que también cometen quienes no miden correctamente sus palabras. 

Cada insulto contribuye a demoler la mayor invención del hombre, el lenguaje.

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