Lo moderno se autodefine como la superación de todo lo anterior, ya obsoleto por la magia del incesante progreso. Se pierde de vista que el progreso es sólo técnico. En rigor, la modernidad se podría definir, muy al contrario, como el proceso milenario de degeneración de la antigua sabiduría griega, proceso ya en fase posterminal. Surgen algunos improvisados “pensadores” que pretenden que, como consecuencia de los progresos de la química biológica, a Platón lo ha de sustituir Prygogine como referencia filosófica, lo cual sólo refleja la confusión entre áreas separadas del saber. El avión supersónico no le ha quitado sentido al mito de Ícaro, escribe Jacques Lafaye, historiador y antropólogo francés.
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