“El cuerpo del hombre puede haber evolucionado de los animales, pero no sabemos nada de dicha transición que arroje la menor luz acerca de su alma, tal como se manifiesta en la historia. Estrictamente hablando, no sabemos nada de los hombres prehistóricos por la sencilla razón de que eran prehistóricos. La historia del hombre prehistórico es una evidente contradicción en los términos. Es ese tipo de sinrazón al que sólo los racionalistas pueden acogerse.El hombre primitivo nos legó una pintura del reno, pero no nos dejó una narración acerca de cómo cazaba los renos y, por tanto, lo que afirmamos de él es hipótesis y no historia.”
“Un período prehistórico no tiene por qué significar un periodo primitivo, en el sentido de ser un periodo caracterizado por la barbarie o la brutalidad. No se refiere al periodo anterior a la civilización, a la aparición de las artes o la artesanía, sino al periodo que precede a la aparición de escritos que estamos en condiciones de descifrar.”
“Los hombres prehistóricos eran realidades exactamente iguales a los hombres, y hombres extremadamente parecidos a nosotros. Lo único que ocurre, es que no sabemos gran cosa de ellos por la sencilla razón de que no nos han dejado ningún relato o testimonio escrito. Sin embargo, todo lo que sabemos sobre ellos les hace tan corrientes y tan humanos como los hombres que pudieron formar parte de un señorío medieval o de una ciudad griega”, escribe G. K. Chesterton en El hombre eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario