Tomás de Aquino señala la importancia de afabilidad, que ordena “las relaciones de los hombres con sus semejantes, tanto en los hechos como en las palabras”. Esta afabilidad nos lleva a hacer la vida más grata a quienes vemos todos los días.Cuando falta se echa mucho de menos, se vuelven tensas las relaciones entre los hombres y se falta frecuentemente a la caridad; a veces, este trato se torna difícil o quizá imposible. La afabilidad y las otras virtudes con las que se relaciona hacen amable la vida cotidiana (la familia, el trabajo, el tráfico, la vecindad…).
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