Continúan yéndose empresas de Cataluña, escribe el profesor Ferran Brunet. Cataluña ha conseguido atraer el 8 % de la inversión extranjera a nivel nacional. En circunstancias normales, dice Ferran Brunet, este porcentaje debería situarse en torno al 30 %. Pero es que Madrid acapara el 68 % de esta inversión. “Cataluña era la zona industrial de referencia para las inversiones extranjeras. Ya no. Y tenemos un problema gravísimo, aunque en economía esto se suele ver a medio y largo plazo”. La causa de esta huida de empresas e inversiones de Cataluña está en los costes del llamado procés: el caos político, la inseguridad jurídica y la polarización espantaron a muchas empresas e inversores. El desafío separatista costó a Cataluña un 4,6 % del PIB entre 2010 y 2020. Y otros datos a tener en cuenta son los del Colegio de Registradores, y que recogen que Madrid tiene un saldo positivo de sociedades que trasladaron sus sedes desde 2008, al contrario de lo que sucede con Cataluña. Ese año por poner un ejemplo, Madrid ganó 404 mientras que Cataluña perdió 268. Sin lugar a dudas fue 2017, el año del referéndum ilegal, el que marcó la gran diferencia. Entonces se fueron de la comunidad autónoma catalana casi 2.900 empresas. “Eso es la decadencia, explica el economista. No se trata de precipitarse al vacío, caer bruscamente; pero sí de ir perdiendo poco a poco, aunque de forma constante, el empuje”, y eso es lo que le está pasando en esta Comunidad. Cataluña es un infierno fiscal. Tiene quince impuestos propios, más que ninguna otra comunidad autónoma, y consigue que «los objetivos pasivos» de estos impuestos se vayan a otras comunidades autónomas, como Madrid (que no tiene ningún impuesto propio) o Andalucía. Un catalán que se compre un piso de segunda mano va a pagar un 66 % más que un madrileño en concepto de ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales); y en concepto de IRPF un catalán también va a pagar un 11 % más que un madrileño (comparando los tipos máximos). Estos son datos de Foment del Treball.
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Ada Colau |
Financial Times denunciaba que Barcelona había perdido el rumbo en cuanto a gestión de ciudad (con un incremento de la inseguridad, de la basura, con problemas de movilidad en la ciudad); pero también económico, por el proceso independentista y por la política del ‘NO’ de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Para Brunet, este reportaje, por la mala imagen que se refleja de la capital catalana, puede costar millones en inversión extranjera.Inversiones que se escapan, como las de Israel. Hace cinco años Cataluña acaparaba el 80 % de inversiones de Israel en España. Ahora apenas alcanzan el 5 %. Y como telón de fondo está la decisión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de romper de forma unilateral las relaciones con el Estado de Israel.