Omar Menéndez |
Omar Menéndez, de 41 años, ganó las elecciones a la alcaldía de la ciudad costera de Puerto López, a unos 150 km al noroeste de Guayaquil.El candidato de Revolución Ciudadana recibió el 46,22% de los votos frente al 21,41% de su mayor rival, el actual alcalde Javier Pincay, en esta localidad de unos 20.000 habitantes. Menéndez no pudo celebrar la victoria porque lo mataron horas antes de que abrieran las urnas en las elecciones del 5 de febrero. Menéndez era administrador de empresas y operaba negocios en el sector de las telecomunicaciones e informática.La policía investiga el posible motivo del crimen, uno más en la cada vez más grave ola de delincuencia asociada al crimen organizado que sufre Ecuador.
Luis Córdova-Alarcón,coordinador del programa Investigación, Orden, Conflicto y Violencia de la Universidad Central del Ecuador, advierte de que se ha generalizado el uso de sicarios como arma política y económica."Se han multiplicado las pandillas callejeras que venden sus servicios de sicariato al mejor postor, y ese mejor postor puede ser desde un oponente político que quiere quitarse de en medio a un opositor hasta organizaciones criminales que apuntan al control de ciertos espacios locales".Y es que Menéndez no fue el único político asesinado antes de las elecciones.Dos semanas atrás también mataron a tiros al aspirante a alcalde de la localidad costera de Salinas, Julio César Farachio."A medida que crece la violencia criminal y su impunidad ante un Estado incapaz de resolver los homicidios, se abre una brecha para que el sicariato se convierta en una herramienta política de control social contra opositores, oponentes, líderes sociales y activistas", analiza Córdova-Alarcón.El profesor de la UCE destaca el importante rol de las organizaciones delictivas vinculadas al narcotráfico que se disputan el control de puertos y rutas para el tráfico de drogas, principalmente cocaína."Puede que ocurra una disputa entre dos organizaciones por viabilizar un puerto como vía de acceso a una ruta del narcotráfico y que cada uno de los candidatos a la alcaldía de un cantón estén inmiscuidos con una de las organizaciones rivales", afirma, a modo de hipótesis que explicaría algunos de los casos de violencia política en la región.
Con las prisiones del país atestadas por la ola de delincuencia, las autoridades creen que extraditar a Estados Unidos delincuentes condenados en cárceles de máxima seguridad sería la opción más segura y económica para el sistema de justicia ecuatoriano.La vecina Colombia enmendó su constitución en 1997 a tal efecto y desde entonces ha enviado a muchos narcotraficantes de alto nivel a Estados Unidos.En el caso colombiano, las autoridades alegan que los capos de la droga temen ser extraditados a cárceles estadounidenses, donde carecen de vínculos o influencia sobre los guardias y directores.
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