Podemos es el único partido político que tiene una ideología, aunque esta sea comunista.
Parece que detrás de todo este “nuevo socialismo” se encontraría tanto a nivel ideológico, como a la hora de realizar la estrategia operativa, Cuba.
Cuba tiene una gran experiencia, heredada de los antiguos servicios soviéticos.
La ideología comunista permite no tener remordimientos de conciencia de las víctimas que produce. Las víctimas del comunismo pueden ser cómodamente redescritas (y a menudo lo son) como víctimas no del hombre, sino de la historia. De este modo, el comunismo pasa por ser como el espíritu de Hegel haciendo el trabajo de la historia en países en los que la historia no había podido realizar el trabajo ella sola. Desde esta distancia, uno puede argumentar sobre los costes y beneficios de la historia: pero los que cargan con los costes son otros y los beneficios pueden ser cualquier cosa que uno quiera imaginar (Tony Judt).
La combinación de fe y los muy considerables atractivos de la lealtad compartida es lo que otorga a Podemos algo de lo que ningún otro partido político puede alardear.
Hay votantes que, tal vez equivocadamente, piensan que hasta que llego Podemos y Ciudadanos la mayoría de los políticos eran como una puta. Para atraer al político no eran necesarias fatigosas cenas a la luz de las velas y dulces naderías. Un buen puñado de euros sobre el tocador sirve a la perfección.
Por otro lado vemos a un Partido Popular que ha renunciado a su propia ideología para basarlo todo en la economía.
El Partido Socialista e Izquierda Unida han reemplazado “trabajadores” por “mujeres” y “gais”.
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