El bien y el mal son realidades enraizadas en la naturaleza.

El bien y el mal.

Lo que está bien y lo que está mal no es algo arbitrario, una especie de capricho divino. El bien y el mal son realidades enraizadas en la naturaleza. Un acto será bueno y otro malo en la medida en que responda o no al fin para el que Dios nos hizo, como un reloj es bueno si mide correctamente el tiempo y una bombilla si da luz. Lo cual quiere decir que la libertad, rectamente entendida, no consiste en escoger a capricho entre lo bueno y lo malo, si no en escoger el mayor bien entre varios posibles.

Estamos obligados moralmente a hacer lo que debemos hacer, pero, físicamente, somos libres de hacerlo o no.

Lo que está bien y lo que está mal no es algo arbitrario, una especie de capricho divino.