miércoles, 4 de mayo de 2022

La mano invisible debe tener el respaldo del Estado de derecho

En su obra La riqueza de las naciones, Adam Smith dice que ningún individuo pretende promover el interés público, ni sabe en qué medida lo promueve… al dirigir su industria de tal manera que su producción tenga el mayor valor posible, busca sólo su beneficio personal, y en esto, como en muchas otras circunstancias, le conduce una mano invisible para promover un fin que no formaba parte de sus intenciones. Al buscar su propio interés, con frecuencia promueve el de la sociedad de forma más eficaz que cuando se propone hacerlo de modo consciente. Nunca he visto hacer tanto bien a quienes dicen dedicarse al bien público. La idea contribuye a explicar por qué los mercados libres han sido tan importantes en el desarrollo de las complejas sociedades modernas.
Socava de forma muy seria las pretensiones de quienes piensan que la economía puede dirigirse mejor desde arriba, con los gobiernos decidiendo lo que debe producirse. La mano invisible subraya el hecho de que son los consumidores, pero hay varias condiciones importantes. Smith fue bastante cuidadoso y distinguió entre el interés propio y la pura codicia egoísta. Es una cuestión de interés propio tener un marco de leyes y regulaciones que nos protejan, como consumidores, de un trato injusto. Esto incluye los derechos de propiedad, la defensa de las patentes y los derechos de autor y las leyes de protección laboral. La mano invisible debe tener el respaldo del Estado de derecho.

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