domingo, 29 de mayo de 2022

El mundo se enfrenta a una catástrofe humanitaria

David Malpass

El director del Banco Mundial, David Malpass, dijo que el mundo se enfrenta a una "catástrofe humanitaria" por la crisis alimentaria derivada de esta guerra. El economista estadounidense advirtió que el incremento récord en los precios de los alimentos empujará a cientos de millones de personas a la pobreza y a una peor nutrición si el conflicto en el este de Europa continúa. El Banco Mundial estima un "descomunal" aumento del 37% en los precios de los alimentos, que afectará principalmente a los países más pobres. "Las guerras causan crisis alimentarias. Siria, Irán, Irak… todos esos países sufren de escasez de alimentos. Pero Occidente es especialmente sensible a las consecuencias de esta guerra (la de Rusia y Ucrania) por la importancia de los actores involucrados",dice la experta en derecho internacional Cristiane Derani de la Universidad de Cambridge.

Era el año 1972 cuando "la antigua URSS y Estados Unidos firmaron el Acuerdo de granos soviético-estadounidense, que marcó el comienzo de lo que hoy es una fuerte interdependencia entre las economías occidentales y Rusia en el sistema alimentario global", explica Derani. El acuerdo se produjo después de que los soviéticos hicieran una compra secreta de 18 millones de toneladas de trigo y maíz, algunas de las cuales se vendieron a precios subvencionados por el gobierno de Estados Unidos. Ese evento pasó a la historia como "el gran robo de granos”. La controvertida venta, que provocó importantes aumentos en el precio de los alimentos en Estados Unidos, derivó en el acuerdo de 1972, bajo el cual Washington debía dar autorización previa a las compras de granos de más de 8 millones de toneladas. Hablamos de una época en la que la escasez de cosechas había obligado a la Unión Soviética a buscar cereales en el extranjero, con la esperanza de evitar la hambruna. En 1979, Estados Unidos autorizó a la URSS "la compra de granos más grande de la historia" hasta ese momento, según The Washington Post. En 1991, con el colapso de la antigua Unión Soviética, se desmoronó la economía de las actuales Rusia y Ucrania. Pero, con los años, ambas potencias crecerían gracias a nuevos acuerdos e inversiones que les permitieron invertir su rol y pasar de ser grandes importadores a exportadores netos. Según David Beasley, director del Programa Alimentario Mundial, la organización humanitaria más grande del mundo para la asistencia alimentaria contra el hambre, Rusia y Ucrania representan conjuntamente "el 30% de las exportaciones mundiales de trigo, el 20% del maíz mundial y el 75% del aceite de girasol, del que Ucrania exporta el 50% y Rusia el 25%”.


En este contexto de precios elevados y existencias cada vez más reducidas de productos alimenticios como el trigo, la imposición de sanciones económicas a Rusia cobra una dimensión alarmante para algunos especialistas."Las sanciones se enmarcan de acuerdo con el derecho internacional, pero si conducen a la inseguridad alimentaria e incluso al hambre en el mundo, estarían en contra de los derechos humanos y, por lo tanto, podrían considerarse ilegales", advierte Derani. "Es probable que no todas las sanciones económicas contra Rusia conduzcan a la inseguridad alimentaria. Pero las sanciones financieras y comerciales que afectan la producción y el consumo a lo largo de la cadena alimentaria mundial dañarán gravemente el ya frágil equilibrio”.


Fuente: BBC News


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