Miremos donde miremos, nuestra fe en los líderes políticos ha tocado fondo. La mediocridad, el fanatismo y la cobardía moral campan a sus anchas. Pero no siempre fue así, el general Alan Brooke, jefe del Estado Mayor Británico durante la Segunda Guerra Mundial, dijo sobre Winston Churchill: “Es el hombre más extraordinario que he conocido y su persona nunca deja de ser fuente de interés a la hora de estudiarlo y de comprender que, muy de vez en cuando, aparecen en este planeta individuos como él, seres humanos que sobresalen ampliamente por encima de todos los demás”.
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