viernes, 1 de abril de 2022

Freud y la cocaína


*Freud había trabajado con la cocaína, la había usado para combatir sus frecuentes jaquecas, y había recomendado entusiásticamente su uso a todos los que quisieran controlar sus estados mentales. Wilhelm Fliess había elaborado una teoría acerca de la cocaína que, según él, era capaz de aliviar drásticamente los dolores de cabeza y otros males mediante la aplicación nasal. Lo que sucede en realidad es que la aplicación de la droga a las membranas mucosas, tales como las del interior de la nariz, resulta una absorción extremadamente rápida, de manera que la droga se incorpora muy pronto a la corriente sanguínea y llega al cerebro con rapidez y prácticamente sin alteración. No cabe duda sobre el hecho de que Freud fue inducido por Fliess a usar cocaína con objeto de curar sus cefaleas y mejorar su “neurosis de reflejo nasal”. He aquí lo que dice Ernest Jones sobre ello: "Luego, como si hubiera alguna relación en su trato con un rinólogo, Freud sufrió mucho de una infección nasal durante esos años". De hecho, ambos la padecieron (es decir, Freud y Fliess) y un interés poco común fue tomado por ambas partes acerca del estado de las respectivas narices, órganos que, después de todo, habían llamado en primer lugar la atención de Fliess en los procesos sexuales. Fliess operó dos veces a Freud, probablemente por cauterización de los huesos espirales; la segunda vez fue en el verano de 1895. La cocaína, en la que Fliess tenía una gran fe, fue constantemente recetada. Desafortunadamente, como es natural, este uso de la cocaína fijó un círculo vicioso causando una verdadera patología nasal y empeorando lo que se suponía debía curar, como indica Thornton, “tal patología es concomitante con el uso crónico regular de la cocaína. Necrosis de las membranas, aparición de costras, ulceración y frecuentes hemorragias con las infecciones resultantes, son las invariables secuelas de su uso… La infección de los tejidos ulcerados produce serias infecciones sinoidales, que Freud padeció en la segunda parte de la década”. Esta, pues, era la razón del “interés poco común” por las respectivas narices que tanto divertía a Jones en su relato sobre Freud y Fliess. “Ambos hombres habían empezado a sufrir los efectos de la cocaína en el cerebro. De aquí procede la calidad progresivamente extraña de las teorías de los dos conforme transcurría el tiempo”. Hay evidencia directa de esta teoría en los escritos del mismo Freud. Así en La Interpretación de los Sueños menciona su preocupación por su propio estado de salud cuando escribe sobre sus pacientes. He aquí lo que escribe: “Hacía un uso frecuente de la cocaína en esa época para aliviar ciertas dolorosas molestias nasales, y había oído unos días antes que una de mis pacientes que había seguido mi ejemplo había contraído una extendida necrosis de la membrana mucosa nasal”. Thornton comenta que el uso de la cocaína por Freud no tenía por objeto únicamente el alivio de un ataque ocasional de migraña. Quedó cogido en la trampa de un círculo vicioso de tomar cocaína para reducir dolores nasales que habían sido realmente causados por la misma droga, los cuales aumentaban con mayor intensidad aun cuando sus efectos desaparecían. El resultado fue el uso casi continuo de la cocaína.


*Decadencia y caída del imperio freudiano escrito por Hans J. Eysenck


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