lunes, 11 de abril de 2022

El auge del Partido Comunista, en el Frente Popular, y de la Falange en el bando nacional

Uno de los fenómenos más llamativos de la guerra civil española, tras su inicio en julio de 1936, fue el explosivo auge del Partido Comunista, en el Frente Popular, y de la Falange en el bando nacional. Ello ha creado un cierto espejismo sobre la importancia de ambos partidos en la preparación de la guerra. Sin embargo esa importancia fue muy secundaria. El PCE sólo comenzó a influir en la política española tras la insurrección de octubre, y sobre todo desde las elecciones de febrero del 36; y con la Falange sucede algo parecido, pero mucho más acentuado, pues en aquellas elecciones quedó aislada de la derecha y no obtuvo ni un escaño, escribe el historiador Pío Moa.

José Antonio Primo de Rivera

La Falange, dice Moa, fue el partido más similar al fascismo que hubo en España, si bien no se reconocía fascista. Desde luego sus diferencias con el nazismo eran esenciales; no admitía el racismo ni el principio de “sangre y tierra”, se proclamaba abiertamente religiosa y exaltaba valores caballerescos, sin rendir culto a la violencia, aunque predispuesto a ella. José Antonio Primo de Rivera apreciaba poco a Mussolini, y muy poco a Hitler, lo cual no impedía a la Falange simpatizar con los fascismos, por su lucha contra el comunismo, su supuesta superación del liberalismo, y por los valores comunes de disciplina, patriotismo y jerarquía.

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