martes, 12 de abril de 2022

¿De qué educación hablamos?

Kafka escribió: “Creer en el progreso no significa creer que haya habido ya un progreso; eso no sería una fe”. Del mismo modo, creer en la necesidad de la escuela, de la academia, no significa creer que la escuela ya haya alcanzado su plenitud. Por eso es importante señalar los errores y las carencias del sistema educativo, ya que también la educación, por decirlo así, tiene que ser educada. Uno oye decir continuamente que la solución de los problemas de su país, que la solución de los problemas del mundo, está en la educación. La tesis parece evidente, pero ¿de qué educación hablamos? La Alemania nazi publicaba cartillas para enseñar el antisemitismo, hay escuelas de terroristas suicidas, hay modelos educativos hechos para perpetuar la discriminación racial, la exclusión social.

Tradicionalmente la educación se propuso la formación total de los individuos; no sólo la transmisión de destrezas y de conocimientos teóricos, de información general y de datos especializados,sino la formación del carácter,el fortalecimiento de la voluntad, la generación de conductas ciudadanas, la responsabilidad social y la ética personal. En un mundo que pierde sus ideales, en un mundo librado a su propio furor pragmático, esas cosas van dejando de considerarse importantes, y, en contraste con su fama de faro moral y de guía espiritual, muchos poderes procuran que la escuela sea la primera en abandonarlas.

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