martes, 12 de noviembre de 2024

No nos da miedo seguir la verdad

Thomas Jefferson
Thomas Jefferson manifestó en la fundación de la Universidad de Virginia: “Esta institución se basará en la ilimitada libertad de la mente humana. Aquí no nos da miedo seguir la verdad donde puede ir delante, ni tolerar el error con tal que la razón sea libre para combatirlo”.

Esa constante mentira es lo más irritante, decía indignado Marañón

No cesan de publicarse, casi en tromba, libros, artículos, reportajes, etc. insistiendo en la visión de una república idílica, progresista, espléndida para los trabajadores y echada a perder por las conspiraciones de la oligarquía, de la reacción o del fascismo, omitiendo o desvirtuando los propios testimonios de Azaña, Largo Caballero, Alcalá-Zamora, “padres espirituales de la República”, la documentación interna de los partidos, la prensa de la época etc. “Esa constante mentira es lo más irritante de los rojos”, también decía indignado Marañón. Una de las experiencias más desagradables que he tenido en estos años ha sido la persistencia de esa tradición de la mentira en los medios autodenominados progresistas. Para ellos la búsqueda de la verdad tiene poca importancia, y todo su empeño se concentra en asegurar a toda costa la difusión de sus tesis aprovechando su predominio en los medios de comunicación, la universidad y los centros desde los que pueda crearse opinión. Desde ellos han establecido una censura de hecho. Los llamamientos a la censura o al boicot, el lenguaje insultante, la negación del derecho de réplica, la desvirtuación de las tesis contrarias… han sido constantes y descarados. Libros fundamentales han sido borrados de la universidad, de los medios de masas, a favor de, señala Stanley Payne, “estudios predecible y penosamente estrechos y formulistas”, pero políticamente correctos, escribe el historiador Pio Moa.

lunes, 11 de noviembre de 2024

En las guerras civiles, el objetivo no suele ser la paz, sino la eliminación total del enemigo

Como Dan Diner y otros autores han señalado, fue durante la guerra civil estadounidense cuando surgió la expresión “rendición incondicional”, que “descarta cualquier compromiso que pueda permitir la existencia continua de ambos bandos. En una entidad política no partida, solo un bando puede ostentar el monopolio del… uso de la fuerza… Por esta razón, las guerras civiles son las más brutales de todas, acentuando la animadversión y el ejercicio de la violencia hasta llevarlo a límites extremos…”. En las guerras internacionales que enfrentan a dos estados consolidados se produce con frecuencia cierto grado de reconocimiento, tanto del enemigo como de las normas de la guerra, que “no se esfuerza por destruir totalmente al enemigo”. Por el contrario, las guerras civiles “generan un ilimitado grado de radicalización”. Las contiendas civiles y las internacionales están “conceptualmente en las antípodas”, ya que las primeras “se impulsan gracias a cuestiones de índole religiosa, valores, factores ideológicos y principios”.
Carl Schmitt recalca que la guerra civil es especialmente cruel porque, al ser un combate de carácter interno, tiende a pasar por encima del orden legal, lo cual conlleva la justificación de métodos extremos y hace necesario un triunfo total que, a su vez, conlleva la necesidad de la absoluta eliminación política y, en ocasiones, física del enemigo. Mostrar clemencia hacia él se considera signo de debilidad y falta de compromiso. En las guerras civiles, el objetivo no suele ser la paz, sino la eliminación total del enemigo. Así lo señaló Tucídides en la Guerra del Peloponeso, la primera crónica histórica de una guerra civil de la que disponemos. Tucídides escribió que durante la guerra civil registrada en Corcira (Corfú) durante el 427 a. C. se acabó con todas las leyes, al tiempo que se cometían desenfrenadamente actos homicidas y los combatientes trataban de demostrar su compromiso y su lealtad asesinando a sus conciudadanos.

Cuando entras en política dejas atrás el mundo amable

Michael Ignatieff
Michael Ignatieff, que fue el líder del Partido Liberal de Canadá, en su libro Fuego y cenizas: Éxito y fracaso en política escribe que “posicionarse no es lo mismo que adoptar una posición. No se trata de abordar el fondo de una cuestión o de redactar un documento que responda a la complejidad de la situación. No se necesita ser un experto para poder posicionarse. Posicionarse tiene que ver con ocupar un lugar en el espectro político, diferenciándote de tus adversarios sin molestar a demasiada gente. Posicionarte implica alinear tu posición pública con la de aquellos que quieres ganar para tu causa. Tienes que adoptar un perfil estratégico, lo que significa que no tienes por qué decir lo que piensas pero debes decir lo que te propones hacer. Si te posicionas con éxito, lograrás apoyos sin que parezca que estás haciéndolo para complacer a tu público. Si no lo haces bien, parecerá que estás tratando de halagar a toda costa.”
“Cuando entras en política dejas atrás el mundo amable en el que la gente te concede un cierto margen de error, acaba tus frases por ti y acepta que en realidad no querías decir lo que has dicho, para entrar en un mundo de literalidad hasta extremos impensables en el que solo cuentan las palabras que han salido de tu boca. También dejas atrás el mundo en que los demás perdonan y olvidan, dejan de lado las ofensas y se reconcilian. Estás entrando en el mundo del eterno presente, en el que cada sílaba que hayas podido pronunciar, cada tweet, cada publicación en Facebook, artículo periodístico o fotografía embarazosa permanece en el ciberespacio para siempre, listos para que tus enemigos los utilicen contra ti.”
“Los problemas empiezan cuando ya no te das cuenta de que el yo público ha sustituido al yo privado. Cuando te olvidas de que posees un ámbito privado que quieres mantener a resguardo de la mirada pública pronto entregas toda tu vida a la política y te conviertes en tu propia sonrisa, en el gesto congelado de genialidad que la política te exige. Cuando sucede esto, estás perdido.”

domingo, 10 de noviembre de 2024

No les llega el salario para poder mantener a la familia

Monseñor Joseba Segura manifiesta su preocupación por los datos publicados por Cáritas, que muestran que la mitad de las personas que solicitaron su ayuda en 2023 tenían un empleo, pero sus salarios no eran suficientes para cubrir las necesidades básicas. “Lo que no sabe la gente es que muchos de los que reciben esas ayudas son gente que está trabajando y que no les llega el salario para poder mantener a la familia”, explicó.
El obispo de Bilbao advirtió que “el trabajo es muy importante para cómo te entiendes tú a ti mismo y qué tipo de contribución quieres hacer a la sociedad”. Al referirse a la renta básica universal, Monseñor Segura señaló que “es problemático pensar que una renta básica universal va a acabar con el hecho de que el trabajo ha sido y sigue siendo un derecho al que no podemos renunciar”. El esfuerzo y la contribución de las personas a través del trabajo son fundamentales para el bienestar de la sociedad.

El amor al prójimo ha penetrado en nuestro concepto de justicia

Quien no puede ayudarse a sí mismo debe serlo por los demás en la medida de sus necesidades; no es pues injusto exigir a la mayoría que corra con esos gastos, y esto no en una sociedad de la abundancia de un hipotético futuro, sino aquí y ahora. Esta proporcionalidad tiene que ver con lo que llamamos amor al prójimo; en cierta medida, el amor al prójimo ha penetrado en nuestro concepto de justicia. Lo que hizo el misericordioso samaritano cuando, a sus expensas, atendió a aquel malherido en una venta, está sin duda más allá de la justicia. Pero el sacerdote y el levita que vieron al herido y pasaron de largo serían llevados a juicio, según nuestro código penal, por no prestar su ayuda. Esto es ya un progreso, escribe el filósofo alemán Robert Spaemann.

El mundo se globalizó a partir de 1989

Fue la caída del Muro de Berlín en 1989, que ha sido considerado como el final de la Guerra Fría y el triunfo del capitalismo y el dominio de las democracias liberales sobre el mundo entero, encabezados por la única gran potencia que ya quedaba en el globo, los Estados Unidos de América.El mundo se globalizó a partir de 1989. Ya no había una división que separaba el mundo en dos grandes líneas geoestratégicas. Ahora el mundo entero era un mercado global y las sociedades de todos los países podían relacionarse entre sí, sin detenerse por las fronteras políticas, gracias a los nuevos medios de comunicación y a la popularización de los viajes cada vez más rápidos y baratos. El mundo se unificó en sentido tecnológico y económico.
Las redes sociales ponían en comunicación a los sectores afectados por determinadas medidas políticas y esto facilitaba la movilización rápida, sin quedar neutralizados por las fronteras. La globalización del mito neoliberal tuvo un rival igualmente global, la antiglobalización, también llamada como se dijo movimiento altermundista. Realmente, este movimiento se produjo a escala global de un modo espontáneo. Como en ocasiones anteriores, fue el fruto de la reacción social frente a una serie de políticas que se olvidaban de las personas reales. Sin embargo, el Movimiento Antiglobalización tuvo una característica diferente a todas las protestas sociales que se habían producido en el pasado: su carácter verdaderamente transfronterizo, escribe el filósofo Rafael Herrera Guillén.

sábado, 9 de noviembre de 2024

Pocos términos históricos, o políticos, admiten una polisemia tan diversa como el de fascista

Para el historiador Julio Gil Pecharromán “el nacionalsocialismo alemán se engloba dentro de lo que, genéricamente, definimos como el totalitarismo fascista, un modelo de organización de la sociedad y del Estado, con variantes nacionales, que se convirtió en sinónimo de triunfo en la Europa de entreguerras. Pocos términos históricos, o políticos, admiten una polisemia tan diversa como el de fascista. Desde su primitiva vinculación a la identidad de un partido político y de una propuesta ideológica, luego a una forma de Estado, más tarde a un bloque geopolítico y militar en guerra, para alcanzar en nuestros días el valor de exabrupto o descalificación de una conducta personal. Pese a su estrepitosa derrota de 1945, la connotación histórica del fascismo ha conservado un cierto aura de prestigio, o siquiera de fascinación, entre colectivos sociales concretos. En la Europa centro-oriental, caído el Muro de Berlín, durante los años noventa se produjo una cierta reivindicación de la fascistización de entreguerras por la vía de un renacido anticomunismo y de la reafirmación nacional frente a los vecinos. En el Oeste, la herencia del fascismo de los años treinta siempre ha sido reivindicada por opciones nacionalistas que, en no pocas ocasiones, han sentado diputados en los Parlamentos democráticos.”
Para el historiador Álvaro Lozano Cutanda, “el nazismo fue un período único y brutal, y su historia levanta todavía una terrible polémica. En Alemania los debates en torno al nazismo son seguidos con gran atención por parte de una opinión pública que se debate todavía entre el olvido y el doloroso recuerdo. El dilema de olvidar fue enfrentado por Chaim Herzog en 1987, cuando se convirtió en el primer presidente de Israel que visitaba Alemania tras la creación del Estado de Israel. En el transcurso del viaje visitó el antiguo campo de concentración de Bergen-Belsen, que él había conocido cuando servía como oficial del ejército británico en 1945. Enfrentado al horror del recuerdo de aquel campo afirmó: “No traigo el perdón conmigo, ni tampoco el olvido. Los únicos que pueden perdonar están muertos, los vivos no tienen derecho a olvidar”.

La tarea del comunista del siglo XXI es acceder al cuarto trasero de la conciencia buenista

La fuerza del comunista no es de la misma naturaleza que la del mártir cristiano, al menos en el siglo XXI, pero tiene la misma o superior intensidad. Del mismo modo que unos disfrutan en el Bien, otros lo hacen con el Mal. El comunismo, inequívocamente definido por Lenin como una empresa malvada que traerá alguna vez el Bien al mundo, es una religión satánica, seguramente más actualizada que la del Evangelio. El neocomunismo del siglo XXI nace o renace, precisamente, por la violencia y disfruta de una extraordinaria prosperidad gracias a la mentira. Cuando los fukuyamos proclamaron el fin de la historia, entendida como el fin de la Guerra Fría, la demostración de que la economía de mercado, tan frágil y tan fuerte, es más eficaz para salir de la pobreza que la planificada y que la guerra de clases a nivel internacional se había saldado finalmente con la derrota del proyecto leninista, toda la izquierda se rebeló y, parte de ella, muy violentamente. Un nuevo tipo de violencia urbana y cosmopolita, más cercana a la de las barricadas del siglo XIX que a la que se supone correspondería al final del XX y comienzos del XXI, estalló de forma aparentemente espontánea con dos herramientas muy poderosas, Internet y las redes sociales, que daban forma a una propaganda masiva y barata, apoyada a su vez en la televisión, que había sido pieza esencial, aunque involuntaria, en el derrumbe del Este ante las imágenes de prósperos colorines del Oeste.
La tarea del comunista del siglo XXI es acceder al cuarto trasero de la conciencia buenista, donde se alberga ese impulso homicida inconfesados o inconscientes del que habla Besançon; facilitar al teleciudadano la contraseña para acceder al Big Data del poder imaginario sobre la vida, la propiedad y la libertad de los otros. Algo que solo el comunismo ha hecho realidad y volvería a hacerlo, porque desear es conseguir y lo que se quiere, se puede. Mientras eso llega, a votar y esperar el Juicio Final, el Día de la Venganza, saboreándolo a oscuras, como el niño debilucho que sueña cada noche con ser Superman. El éxito de Podemos se basó justamente en eso, en haber ido más allá de lo que nadie, empezando por el PCE que hizo la Transición y que aceptó la democracia durante cuatro décadas, hubiera ido nunca. Solo la ETA se acercó en ferocidad a sus propuestas, y no todas y no siempre. Recordemos algunas como sacar a Franco de la tumba, rechazar la ayuda de Amancio Ortega para los niños enfermos de cáncer, negar una calle a Miguel Ángel Blanco, asaltar una capilla, reírse de las víctimas del terrorismo y del Holocausto, burlarse de los jóvenes asesinados en Venezuela, defender las cárceles de Cuba, proclamar en una televisión pagada por Irán que la guillotina es el origen de la democracia, felicitar el 1 de enero de 2017 como aniversario de los cien años del régimen de los cien millones de muertos, y brindar por el Che, Chávez, Lenin y Stalin, que siempre serán mejor que Franco y sus hijos del PP y Ciudadanos. No hay norma cívica en que no se cisquen, ley que no vulneren ni delincuente que no defiendan, del terrorista Alfon al maltratador Bódalo. Pero sus delitos son en nombre de la justicia; sus robos, de la honradez; sus mentiras, de la Verdad. 
Referencia:Memoria del comunismo (Federico Jiménez Losantos)

viernes, 8 de noviembre de 2024

La frustración de las élites progresistas frente al desaire de las urnas

Alejo Schapire (Buenos Aires, 1973), periodista especializado en cultura y política exterior, escribe en La traición progresista que en su día “el sorpresivo triunfo de Trump fue precedido por la victoria, tampoco anticipada, del Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Una vez más, los medios conducidos y localizados en los centros urbanos que se habían beneficiado con la globalización se veían sorprendidos por una opinión de la periferia recelosa del mundo sin fronteras que le proponían, infrarrepresentada en la prensa. “No conozco a nadie que haya votado por el Brexit”, decían sorprendidos los periodistas londinenses. Por la misma época, la falsa representación de la unanimidad era desmentida en Colombia, con la victoria del No en el referéndum sobre los acuerdos de paz del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). No importa, hagamos como si no se hubiesen pronunciado, se dijo el entonces presidente Juan Manuel Santos, y lo firmó igual. El resultado fue que le siguió una campaña presidencial donde la frustración por el mandato de las urnas traicionado se volcó al candidato de la derecha dura uribista encarnada por Iván Duque, que había prometido modificar el acuerdo firmado a espaldas de la voluntad popular.” 
“La frustración de las élites progresistas frente al desaire de las urnas no produjo un autoexamen sincero del modo de producción de la información, sino que está conduciendo a un cuestionamiento mismo del sistema representativo. Si el pueblo vota “mal”, incluso cuando se le explica cómo votar “bien”, tal vez habría que restringir el sufragio sólo a los que piensan adecuadamente. Si votaron a favor del Brexit, no sabían lo que hacían los muy tontos, hagamos que voten de nuevo hasta que lo hagan bien, o si no, digamos que hacemos el Brexit sin que este en realidad se materialice.”


El uso de la droga es menos una causa que el síntoma de una profunda alteración

Generalmente han reconocido los patólogos y neurólogos que, en la mayor parte de los casos graves, el uso de la droga es menos una causa que el síntoma de una profunda alteración, de un estado de crisis, de neurosis o de algo parecido en el sujeto. Entre muchos otros estas palabras de un especialista, el doctor Laennec, son formales: “En nuestros países la categoría más frecuente de toxicómanos está constituida por neurópatas y psicópatas, para los cuales la droga no constituye un lujo sino el alimento imprescindible vitalmente, la respuesta a la angustia… la toxicomanía parece entonces como un síntoma más que sumar al síndrome neurótico del sujeto, un síntoma, entre otros, una nueva defensa, muy rápidamente la única verdadera defensa”. 
Actuar las drogas y los estupefacientes (entre los que podemos incluir también el alcohol), los que conducen al individuo a una alienación, a una abertura pasiva a estados que le dan la ilusión de una libertad superior, de una embriaguez y una intensidad desconocida de las sensaciones, pero que en realidad tienen un carácter disolvente y que de ninguna manera le “llevan a otro lugar”. Para esperar de experiencias similares un resultado diferente haría falta disponer de un grado excepcional de actividad espiritual y tener una actitud contraria a la de hombre que las busca y las necesita para escapar a tensiones, traumatismos, neurosis, al sentimiento del vacío y de lo absurdo.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Las economías de mercado a menudo son consideradas economías del dinero, son mucho más economías del conocimiento

En las economías de libre mercado, hemos visto corporaciones de miles de millones de dólares caer de la cima, algunas hasta el punto de la quiebra y la desaparición, porque su conocimiento de las circunstancias cambiantes, y las implicaciones de esos cambios, se quedó atrás del de sus rivales advenedizos. Lo que es importante no es si A&P sucumbió ante Safeway o Montgomery Ward ante Sears, sino que el conocimiento y la perspicacia resultaron ser decisivos en la competencia en el mercado. El público se benefició de esto, al obtener lo que deseaban a precios más bajos, debido a que algunas decisiones de negocios fueron basadas en un entendimiento más claro de las realidades económicas del momento y las circunstancias. En las economías de planificación central, hemos visto a los planificadores verse abrumados por la tarea de tratar de fijar literalmente millones de precios y cambiar constantemente dichos precios en respuesta a los innumerables y en muchos casos impredecibles cambios en las circunstancias. No es sorprendente que hayan fracasado en tantas ocasiones. Lo que es sorprendente es que alguien haya esperado que sean exitosas, dada la enorme cantidad de conocimiento que hubiese sido necesario para hacer que este tipo de situación funcionara. Lenin fue sólo uno de muchos teóricos a lo largo de los siglos que imaginó que sería más fácil para los funcionarios gubernamentales manejar las actividades económicas, y el primero en encontrarse de forma directa con las catástrofes sociales y económicas a las que llevaron esas creencias, como él mismo admitió.
Mientras que las economías de mercado a menudo son consideradas economías del dinero, son mucho más economías del conocimiento, ya que siempre se puede contar con dinero para financiar nuevas ideas, tecnologías y métodos organizativos que funcionan, incluso cuando estas innovaciones son creadas por personas que inicialmente no tenían dinero, escribe Thomas Sowell, miembro distinguido de la Hoover Institution de la Universidad Stanford.

La especialización y el intercambio juegan un papel fundamental en las sociedades humanas

El economista Milton Friedman usó un simple lápiz para ilustrar el extraordinario nivel de cooperación que vemos en la especie humana. “Mirad este lápiz. No hay una sola persona en el mundo capaz de hacer este lápiz. La madera con la que está hecho, por lo que sé, proviene de un árbol talado en el estado de Washington. Para talar ese árbol, hizo falta una sierra. Para fabricar la sierra, acero. Para hacer acero, mineral de hierro. Este centro negro (lo llamaremos mina, pero realmente es grafito, grafito comprimido) no estoy seguro de dónde viene, pero creo que de unas minas de Sudamérica. Esto rojo de aquí arriba, este borrador, es un trocito de goma que viene probablemente de Malasia. ¿Y esta virola de latón? No tengo ni la menor idea de dónde viene. O la pintura amarilla. O la pintura de las líneas negras. O el pegamento que lo sujeta todo. Literalmente, miles de personas han cooperado para fabricar este lápiz.
La especialización y el intercambio juegan un papel fundamental en las sociedades humanas modernas. Prácticamente todos los aspectos de tu vida (ropa, casa, alimento y transporte) dependen de una compleja red mundial de especialización e intercambio.La especialización aumenta la eficiencia en la producción de bienes y servicios, y el intercambio permite que se compartan estos beneficios.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

La pérdida actual del sentimiento religioso ha convenido la muerte en una caída en las tinieblas

Georges Duby, uno de los más prominentes intelectuales franceses, escribe que “cuando nadie duda de la existencia del más allá, la muerte es un paso que se celebra ceremonialmente entre parientes y vecinos. El hombre cristiano posee la certeza de que no desaparecerá por entero mientras espera la resurrección, pues nada se detiene y todo prosigue en la eternidad. La pérdida actual del sentimiento religioso ha convenido la muerte en una prueba terrible, en una caída en las tinieblas y en lo desconocido. Ha desaparecido la solidaridad en torno al paso a mejor vida, y hoy todos se dan prisa para liberarse del cadáver. Más que la muerte, nuestros antepasados temían el juicio, el castigo del más allá y los tormentos del infierno. Miedo a lo invisible, en el fondo del hombre de hoy, que vacila al sentirse impotente ante el destino”.
“¿En qué formas se manifestaba el miedo a la muerte cerca del año mil?Me pregunto si los hombres de esos tiempos temían tanto a la muerte como nosotros. Ninguno duda entonces de que en el universo exista una parte invisible, imposible de conocer, ni que entre ella y el mundo de aquí abajo la frontera no sea infranqueable. La vida se prolonga después de la muerte y los muertos están siempre presentes, sobre todo durante las ceremonias en que se asocian a los vivos. Se los recuerda continuamente en esos lugares de oración que son los monasterios, una de cuyas funciones es, precisamente, la de servir a los muertos y ayudar a los almas a vivir en esa extensión cuya entidad exacta se desconoce pero que allí está esperándonos. La muerte es un pasaje, y ese paso se opera ceremonialmente. Y en esto creo que existe una diferencia profunda con nuestra cultura. La muerte nos resulta algo molesto,hay que desembarazarse de inmediato del cadáver. La transferencia al lugar de la sepultura se realiza de prisa. En la Edad Media, por el contrario, toda la familia, la servidumbre, los parientes, los vasallos, todo el mundo se reúne en torno del que va a morir. El agonizante debe realizar determinados gestos, despojarse y distribuir entre los que ama todos los objetos que le pertenecieron. Debe declarar, también, su última voluntad, exhortar a quienes le sobreviven para que se comporten mejor, y, en fin, someterse a todos los ritos que le conseguirán en el más allá una situación no muy desagradable. Y después se cuida atentamente el cuerpo del difunto. Se lo expone en un lecho ceremonial que se traslada pronto a la iglesia. Y en el templo, durante la vela fúnebre, se desarrolla un último rito, muy expresivo de la solidaridad que une en ese instante a los vivos y los muertos, un banquete. Todas las personas de la familia y de la zona son invitadas a reunirse alrededor de una mesa que preside aquel cuya alma se ha marchado al más allá. Se acercan los pobres y se les ofrece comida; aprovechan por última vez la generosidad del difunto.”

Oriente Medio es el punto de partida de la colonización por los humanos modernos

Mapa de las migraciones humanas fuera de África, versión de Naruya Saitou y Masatoshi Nei (2002) del Instituto Nacional de la Genética del Japón

Todas las evidencias señalan a Oriente Medio como punto de partida de la colonización del resto del mundo por los humanos modernos. Era la única ruta de salida de África, cruzando el Sinaí. La única posibilidad alternativa habría sido cruzar el estrecho de Gibraltar, a la entrada del Mediterráneo, entre el norte de África y España. El estrecho es un canal profundo, donde jamás hubo un puente de tierra, ni siquiera cuando el nivel del mar estaba más bajo. Aun así, en su parte más estrecha sólo mide quince kilómetros de anchura, y el Peñón de Gibraltar se divisa fácilmente desde la costa africana. Pero ni la arqueología ni la genética indican que se tomara esta ruta. En Israel se han encontrado evidencias fósiles de que el Homo sapiens había llegado a Oriente Medio hace por lo menos cien mil años.


Los hombres son tal como la educación los hace

Licurgo de Esparta

*Se dice que Licurgo, el legislador de Esparta, había criado dos perros que eran hermanos, ambos amamantados con la misma leche, pero uno criado en la cocina y el otro acostumbrado a los campos y al sonido de la trompa y el cuerno de caza. Queriendo mostrar al pueblo lacedemonio que los hombres son tal como la educación los hace, puso a los dos perros en pleno mercado, y entre ambos colocó una escudilla de sopa y una liebre; uno corrió a la escudilla, y el otro a la liebre.“Sin embargo,dijo Licurgo, son hermanos”. Así, este educó con sus leyes y su gobierno a los lacedemonios, y les hizo tanto bien con ellas, que todos tuvieron en mayor estima morir de mil muertes que reconocer a otro señor que la ley y la razón. Me gusta recordar la conversación que mantuvieron antaño uno de los favoritos de Jerjes, el Gran Rey de los persas, y dos lacedemonios. Cuando Jerjes aprestaba su gran ejército para conquistar Grecia, envió a sus embajadores a las ciudades griegas a pedir agua y tierra. Tal era la manera que tenían los persas de conminar a las ciudades a que se rindiesen. No envió ninguno a Atenas ni a Esparta, porque Darío, su padre, ya lo había hecho, y los atenienses y espartanos habían arrojado a unos dentro de sus fosos y a otros a sus pozos, diciéndoles que cogiesen cuanta tierra y agua quisiesen para llevársela a su príncipe. Estas gentes no podían sufrir que se tocase su libertad, ni siquiera de palabra. Por haber obrado así, los espartanos conocieron que habían desatado el odio de los dioses, sobre todo el de Taltibio, dios de los heraldos, y se determinaron a enviar a Jerjes, para apaciguarlos, a dos de sus ciudadanos para que se presentaran ante él y dispusiera de ellos como quisiera, y se cobrase así los embajadores de su padre que habían matado. Dos espartanos, llamados Esperte y Bulis respectivamente, se ofrecieron voluntarios para entregarse como pago; allí marcharon, y estando en camino llegaron al palacio de un persa, llamado Hidarnes, el cual era lugarteniente del rey en todas las ciudades costeras de Asia. Este les acogió muy honorablemente y les ofreció un gran banquete; y, rodando la conversación de asunto en asunto, les preguntó por qué rechazaban tanto la amistad del rey: “Juzgad, espartanos,dice, y conoced por mí como el rey sabe honrar a aquellos que le sirven, y pensad que si fueseis suyos os haría lo mismo. Si fueseis suyos y os estimase, ninguno de vosotros dejaría de ser señor de una ciudad de Grecia”. “Sobre esto, Hidarnes, tú no podrías aconsejarnos bien,dijeron los lacedemonios, porque el bien que nos prometes, tú lo has probado; pero el bien del que nosotros disfrutamos, tú no sabes lo que es. Tú has catado el favor del rey, pero de la libertad, qué gusto tiene, cuán dulce es, nada sabes. Ahora bien, si la hubieses gustado, tú mismo nos aconsejarías defenderla, no con la lanza o el escudo, sino con uñas y dientes”. Sólo el espartano dijo lo que había que decir; mas, ciertamente, uno y otro hablaron según habían sido educados, pues no podía ser que el persa hubiera echado de menos la libertad, no habiéndola poseído nunca, ni que el lacedemonio hubiese soportado la sujeción, habiendo gozado de la independencia.
*Discurso de la servidumbre voluntaria (Étienne de La Boétie)

martes, 5 de noviembre de 2024

Fuero de los Españoles

Escribe el historiador José Luis Villacañas que “cuando el 17 de julio de 1945 Franco ofreció un simulacro de Constitución para su régimen, le puso un título arcaico: Fuero de los Españoles. Este nombre revela que él pensaba forjar de nuevo el pueblo de los españoles y regresar al momento en que España había quedado unida bajo una fe. Franco evocaba a los visigodos, que habían entregado su primer código al pueblo hispano, el Fuero Juzgo. Ahora él, nuevo dux Hispaniae, entregaba el definitivo. Alfa y omega de nuestra historia, a su texto debía darle el nombre castizo de fuero y no el liberal y francés de constitución. Las dos notas de la nación hispana desde los visigodos eran la unidad territorial y la catolicidad. Eso es lo que deseaba imitar Franco. Pero el uso de las historias de los visigodos más de mil cuatrocientos años después no era una ocurrencia suya. Él no inventó casi nada, sino que, con su victoria militar, impuso diversos elementos de la cultura católica tradicional, presentes en las políticas de la Restauración, desde 1878. La fe en la fuerza del imaginario visigodo había sido una consigna de algunos conservadores durante el último tercio del siglo XIX. Franco lo tomó de ellos. Elevar la monarquía de los godos a modelo de la nación española no fue una invención de los carlistas. Ya lo habían hecho los Borbones en el siglo XVIII, cuando celebraban la íntima unidad de la realeza y la Iglesia goda como prototipo de una Iglesia nacional.”


La eliminación de la crítica, la exposición triunfalista de logros insignificantes

Escribe Miguel Delibes en La naturaleza amenazada que “fue, quizá, nuestro Carlos III quien descubrió, con el célebre motín de Esquilache, que los adultos eran como niños pequeños que lloran y protestan cuando se los limpia y asea. Desde entonces, mayor preocupación que hacer justicia ha sido para los gobernantes buscar la manera de entretener al pueblo para que no la pida, esto es, para que no alborote, para que no dé guerra. El pan y toros ha tenido a lo largo de las edades de la historia múltiples versiones”. 
“La difusión de consignas, la eliminación de la crítica, la exposición triunfalista de logros parciales o insignificantes y la misma publicidad subliminal van moldeando el cerebro de millones de televidentes que, persuadidos de la bondad de un sistema, o simplemente fatigados, pero, en todo caso, incapacitados para pensar por su cuenta, terminan por hacer dejación de sus deberes cívicos, encomendando al Estado-Padre hasta las más pequeñas responsabilidades comunitarias….El hombre, de esta manera, se despersonaliza y las comunidades degeneran en unas masas amorfas, sumisas, fácilmente controlables desde el poder concentrado en unas pocas manos. Es obvio que no en todo el mundo las circunstancias mencionadas operan con la misma intensidad pero, a mi juicio, sirven como exponentes de los riesgos lamentables que comporta la malintencionada aplicación de la técnica a la política y la sociología.”

lunes, 4 de noviembre de 2024

La España actual no ha sido siempre España

Los países y las naciones no son eternos. Su génesis, evolución, cambios y conflictos son el resultado de un complejo cúmulo de factores que estudian y analizan los historiadores. Pero los historiadores tampoco son inocentes. La Historia trabaja con material humano y los historiadores son humanos. La parcialidad es inevitable. La España actual no ha sido siempre España. A comienzos del siglo XXI en el territorio geográfico de la Península Ibérica, la Iberia y la Hispania de la Antigüedad, se asientan cuatro realidades políticas: el Reino de España, la República Portuguesa, el Coprincipado de Andorra y la Colonia británica de Gibraltar. Ahora es así, pero no siempre ha sido así. Portugal tiene su origen en un reino medieval que logra su independencia del de León a mediados del siglo XII, que forma parte de la monarquía hispana de los austrias entre 1580 y 1640, y que se convierte en una república en 1910. El Coprincipado de Andorra es un Estado totalmente independiente desde 1814. La Colonia de Gibraltar es ocupada por los británicos en 1704, y cedida a Inglaterra por España en el tratado de Utrecht en 1713. España es una monarquía constitucional desde 1978.
El País Vasco, pese a lo que inventen tantas burdas falsificaciones sobre su historia, tampoco constituye una unidad territorial independiente; durante la Edad Media, el reino de Pamplona y el de Castilla se disputan los tres territorios vascos (los señoríos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, sin ninguna relación de unión política entre ellos) que ahora componen las tres provincias de la Comunidad Autónoma vasca. Los actuales tres territorios del País Vasco pertenecen al reino de Pamplona hasta la segunda mitad del siglo XI, hasta que los tres quedan incorporados a Castilla. 
Referencia: La Corona de Aragón de José Luis Corral, catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Zaragoza.


Transmitir el pensamiento del compositor

Claudio Arrau León, considerado uno de los pianistas más destacados del siglo xx, ante la pregunta ¿Cómo concibe usted la interpretación?, el pianista respondió: “En todas las formas del arte, surge un nuevo tipo de intérprete, que es la negación del artista arbitrario, del sensacionalismo, que son productos del siglo XIX. Creo que este fenómeno puede atribuirse a una búsqueda actual de un modo más exacto y sincero de interpretación. Una obra de arte no debe ser un pretexto para que el artista pueda, por ejemplo, expulsar sus sentimientos. Tampoco debe tratarse de utilizarla como una forma de alarde personal. En realidad, el intérprete tiene el deber sagrado de transmitir intacto el pensamiento del compositor cuya obra interpreta”. Y, para el diario La Razón, declaró: “Creo que existe una diferencia fundamental entre los intérpretes de hoy en día y aquellos de la escuela artística anterior, la generación precedente a la nuestra. Antes, los intérpretes, los ejecutantes, tenían un concepto de autoría que los hacía interpretar la obra de una manera arbitraria y, a menudo, falsa, donde la vanidad de los intérpretes cobraba mucha más importancia que el objetivo de la interpretación fiel… En mi opinión, esto resulta muy pernicioso para el arte”.

domingo, 3 de noviembre de 2024

La tasa de abortos en Cataluña es la más alta de España

Según Sanidad, la tasa de mujeres de entre 15 y 44 años que abortan en Cataluña es de casi 15 por cada 1.000; la más alta del Estado. “Son cifras escalofriantes”,manifiestan en Corriente Social Cristiana, que en un mensaje en X apunta a la Generalitat como “responsable de este plus de abortos en Cataluña” por la “educación sexual hedonista que se transmite en las escuelas o TV3”.Según los datos de Sanidad, apenas un 2,5 % de los casos en Cataluña aducen “grave riesgo para la vida o salud de la embarazada”, y solo un 2,2 % ponen como razón “riesgo de graves anomalías en el feto”. La gran mayoría (95 %) señalan como motivo la “petición de la mujer”. Los datos ofrecidos por Sanidad recogen que más de la mitad de los abortos en Cataluña (el 55,74 %) se llevaron a cabo a través de métodos farmacológicos. Por provincias, Barcelona concentra la gran mayoría de abortos (77,7 %), seguida de Gerona (8,6 %), Tarragona (8,6 %) y Lérida (4,3 %).Un 23,6 % de abortos en Cataluña los practicaron mujeres de entre 20 y 24 años, seguidas por la franja de 25 a 29 (22,1 %) y por la de 30 a 34 (19,9 %). Se realizaron 2.117 abortos a chicas de entre 15 y 19 años (9,9 %), y 54 a menores de 15 años.
También se destaca que la mayoría de mujeres que se sometieron a este proceso para impedir nacer a sus hijos tenía estudios postobligatorios: el 61,6 %. Respecto al número de hijos, un 54 % de las mujeres que abortaron no tenían otros hijos, el 21,5 % tenía ya uno, el 16,8 % tenía dos, y el 7,6 % tenía tres o más.

Nada antes de 1914 había preparado el mundo para lo que iba a suceder

Nada antes de 1914 había preparado el mundo para lo que iba a suceder. Todos los horrores de la Europa del siglo XX nacieron de aquella guerra, “la calamidad de la que surgieron todas las demás calamidades”, como la definió el historiador estadounidense Fritz Stern. El año 1914 fue, en efecto, la crisis por excelencia de esa historia, por lo que provocó y por lo que ocurrió después, porque por el camino se llevó al imperio ruso, a cuya caída siguió pocos meses después, un año antes de que esa guerra terminara, la conquista del poder por los bolcheviques.Los altos dirigentes, emperadores y reyes acudían a los actos públicos con uniforme militar; las revistas militares eran una parte esencial del ceremonial público, y, según Christopher Clark, “el culto a la exhibición militar se introdujo en la vida pública y privada de sus comunidades”.
Había una falta de transparencia diplomática en la mayoría de las maniobras de los ministros de Asuntos Exteriores, especialmente cuando trataban de los Balcanes, el escenario que sirvió de detonante al conflicto y que ya había conocido dos guerras, en 1912 y 1913, antes de que la tercera se extendiera en cinco semanas del verano de 1914 a todo el continente.Cuando el archiduque Francisco Fernando (1863-1914) y su esposa, Sofía Chotek (1868-1914), fueron asesinados en Sarajevo el 28 de junio de 1914, la elite europea estaba disfrutando de su vida privilegiada y exquisita. La noticia del asesinato sorprendió al emperador Guillermo II de Alemania (1859-1941) navegando en su yate. El presidente de Francia, Raymond Poincaré (1860-1934), aunque recibió un telegrama en el hipódromo, donde estaba en compañía de otros miembros del cuerpo diplomático, se quedó a disfrutar de las carreras.
Se esperaba que la guerra fuera corta y aunque los gobiernos de los principales poderes contribuyeron a poner en riesgo la paz con sus movilizaciones bélicas, ninguno de ellos había hecho planes militares o económicos para un prolongado combate. Sabían que si entraban en guerra todos la vez, algo que posibilitaba el sistema de alianzas pactado unos años antes, el dinero y las energías gastadas podrían conducir a la bancarrota de la industria y del crédito en Europa. Al declarar la guerra general en agosto de 1914, escribe Ruth Henig, “los poderes europeos contemplaban una serie de encuentros militares cortos e incisivos, seguidos presumiblemente de un congreso general de los beligerantes en el que confirmarían los resultados militares mediante un arreglo político y diplomático”. Guillermo (1885-1951), el príncipe heredero de la corona alemana, ansiaba que la guerra fuera “radiante y gozosa”. La guerra, ideada para garantizar la sobrevivencia y continuidad de los imperios alemán y austrohúngaro, acabó con su estrepitosa derrota y desaparición cuatro años después. Por el camino se llevó al imperio ruso, desacreditó la democracia liberal y de la batalla salieron también el comunismo y el fascismo, alternativas y después polos de atracción para intelectuales, vehículos para la política de masas, viveros de nuevos líderes que, subiendo de la nada, arrancando desde fuera del establishment y del viejo orden monárquico e imperial, propusieron rupturas radicales con el pasado.
Referencia:La venganza de los siervos de Julián Casanova




La ley eterna y la ley natural son inconmutables y universales

Ley divina como base de la justicia humana. Obra de Jacob Jordaens 

La ley eterna y su trasunto la ley natural son inconmutables y universales. La ley humana está condicionada a las situaciones de la vida y cambia con los tiempos. Pero también ella encuentra su medida en la ley eterna. Es justa y legítima la ley temporal en cuanto deriva de la ley eterna. La ley impera la justicia. Una ley injusta no sería ley. Las leyes injustas son más bien nulas: nam mihi lex esse no videtur, quae iusta non fuerit. Todo lo que es justo procede de la ley eterna. Su imperio no es exterior y despótico; por el contrario, expresa el orden vivo y la paz de todas las cosas, sancionados por la Sabiduría creadora y ordenadora del universo.
Referencia: Historia de la Ética de Victoria Camps.


sábado, 2 de noviembre de 2024

Tres maneras distintas por las que un movimiento revolucionario puede fracasar

Alain Badiou, filósofo y dramaturgo francés, ha descrito tres maneras distintas por las que un movimiento revolucionario (es decir, emancipatorio radical) puede fracasar. La primera es la derrota directa, simplemente, es aplastado por las fuerzas del enemigo. La segunda es la derrota que se produce en la misma victoria. El movimiento triunfa sobre su enemigo (al menos temporalmente) solo para asumir el programa básico de este último (apoderándose del poder, ya sea en la forma democrático-parlamentaria, o en una identificación directa del partido con el Estado). Por último, está la que quizá sea la forma de fracaso más auténtica, pero también la más aterradora. Guiado por el instinto correcto de que toda consolidación de la revolución en el poder del Estado acaba en su traición, pero incapaz de inventar o imponer un orden social verdaderamente alternativo, el movimiento revolucionario entra en una desesperada estrategia de proteger su pureza a través de un recurso ultraizquierdista al terror destructivo. Badiou llama a esta última versión de la derrota la “tentación sacrificatoria del vacío”.

Dejarse gobernar por la sensibilidad

Nuestra cultura moderna empuja a las personas a dejarse gobernar únicamente por la sensibilidad, y eso conduce a muchas formas de inmadurez, es decir, de esclavitud. Cuando la relación con otro, por ejemplo, no se fundamenta más que en el placer que nos procura, se está en el infantilismo puro y simple. La verdadera libertad consiste en amar al otro, me complazca o no; la fidelidad cueste lo que cueste, escribe Jacques Philippe.

viernes, 1 de noviembre de 2024

Lo que le interesaba a Confucio era un orden social armónico

Confucio no era tanto un filósofo como un protoideólogo. Lo que le interesaba no eran las verdades metafísicas, sino más bien un orden social armónico, dentro del cual los individuos pudieran llevar vidas felices y éticas. Él fue el primero en bosquejar claramente lo que se tiene la tentación de llamar el escenario elemental de la ideología, su nivel cero, y que consiste en reivindicar la autoridad (sin nombre) de alguna importante tradición. Se hacía referencia a un tiempo original en el que esta tradición todavía reinaba por completo (cuando un rey era realmente un rey, un padre realmente un padre, etc.), en contraste con el periodo actual, que aparecía como el tiempo de la decadencia, de la desintegración de los lazos sociales orgánicos, de la creciente brecha entre las cosas y las palabras, entre los individuos y sus títulos o papeles sociales. No sorprende que Confucio representara sus enseñanzas como lecciones trasmitidas desde la antigüedad. Y el hecho de que sea fácil demostrar lo a menudo que hacía exactamente lo contrario al proponer algo totalmente nuevo (la tradición a la que apelaba era lo que Eric Hobsbawm ha llamado una tradición inventada ) hace que su insistencia en que él era un “transmisor y no un creador” sea aún más sintomática, su referencia a la tradición era una necesaria ilusión estructural. De acuerdo con Confucio, la gente vivía sus vidas dentro de parámetros firmemente establecidos por el Cielo (que, más que un significativo Ser Supremo, designa el orden natural superior de las cosas, con sus ciclos y modelos establecidos). Los hombres son, no obstante, responsables de sus acciones, especialmente de su trato a los otros; podemos hacer poco o nada por alterar nuestro predestinado periodo de existencia, pero determinamos lo que conseguimos y lo que nos hace ser recordados. El Cielo gobierna el universo físico a través del ming, o destino, que está más allá del entendimiento y control humano, y gobierna el universo moral, el universo del comportamiento humano, a través de T’ien ming, o el mandato del Cielo. Este mandato está basado en la idea de que el Cielo está ante todo preocupado por el bienestar de los humanos y de la sociedad humana; para poder alcanzar ese bienestar el Cielo instituye el gobierno y la autoridad. El Cielo da su mandato a una familia o a un individuo para que gobierne sobre otros seres humanos con justicia e imparcialidad; los gobernantes tienen que hacer que el bienestar de su pueblo sea su principal preocupación. Cuando los gobernantes o una dinastía fracasan en gobernar de esta manera, el Cielo acaba con su mandato y se lo otorga a otro.
¿No es el Cielo el nombre chino para el gran Otro? En este sentido, ¿no está el gobierno del Partido Comunista legalizado por el “Mandato del Cielo”, que obliga a los comunistas a gobernar de una manera que haga que el bienestar de su pueblo sea su principal preocupación?
Cuando se le preguntaba sobre los principios de la buena gobernanza, Confucio replicaba: “El buen gobierno consiste en que el gobernante sea un gobernante, el ministro un ministro, el padre un padre, y el hijo un hijo”.

Una política social que funcione es un paso fundamental para que un país despegue

Los economistas (y otros expertos) no parecen tener nada muy útil que decir en relación con las causas que hacen que unos países crezcan y otros no. Casos perdidos como Bangladesh o Camboya se convierten en pequeños milagros. Casos emblemáticos como Costa de Marfil descienden al grupo de países más pobres. Visto en retrospectiva, siempre se puede elaborar un razonamiento que explique lo sucedido en cada caso. Pero lo cierto es que, en gran medida, somos incapaces de predecir dónde se producirá el crecimiento y no entendemos muy bien por qué se encienden las cosas de repente. Sin embargo, puesto que el crecimiento económico exige tanto fuerza de trabajo como fuerza intelectual, parece plausible que, cuando se produzca la chispa, aumente la probabilidad de que se encienda el fuego si las mujeres y los hombres tienen estudios, buena alimentación y salud, y si los ciudadanos tienen la seguridad y la confianza suficiente para invertir en sus hijos y para dejarles que se vayan de casa para ocupar nuevos empleos en la ciudad. Pero puede que, hasta que eso ocurra, se necesite hacer algo para que la espera de la chispa del crecimiento sea más llevadera. Si se permite que triunfen la miseria y la frustración, y si el enfado y la violencia toman las riendas de la situación, tal vez la chispa no llegue a producirse. Una política social que funcione, que impida que la gente pase al ataque porque sienta que no tiene nada que perder, puede convertirse en un paso fundamental para proteger la cita del país con ese despegue tan difícil de alcanzar.