viernes, 29 de julio de 2016

Violencia doméstica e ideología de género.

ViolenciaDoméstica
La primera gran encuesta sobre violencia doméstica, llevada a cabo por Straus, Gelles y Steinmetz en 1.975 en los Estados Unidos,arrojó unos resultados inesperados y totalmente contradictorios con las tesis de la ideología de género, y demostró que hombres y mujeres ejercían la violencia en la pareja en proporciones similares. Desde entonces, cientos de estudios científicos, basados en muestras mixtas de hombres y mujeres, representativas de la población general, han corroborado esa conclusión de forma irrebatible.

Violencia en la pareja.
Es más, cada vez hay más estudios que indagan sobre el carácter ofensivo o defensivo de la violencia en la pareja. En contra del arraigado mito de la naturaleza meramente defensiva de la violencia femenina, la conclusión casi unánime de esos estudios es que la mujer es la principal iniciadora de las agresiones físicas en la pareja. En el libro La violencia en la pareja: bidireccional y simétrica (J. Alvarez-Deca, Ed. AEMA, 2009) se sistematizan los resultados de 250 estudios sobre violencia en la pareja. En 51 estudios de esa recopilación se aborda la cuestión de la iniciación de las agresiones físicas, y sus conclusiones son las siguientes: 39 estudios registran mayores niveles de perpetración de violencia física no recíproca o iniciación de las agresiones físicas por las mujeres; 5 estudios, 3 de ellos basados en sendas muestras de parejas en terapia conyugal, registran mayores niveles de perpetración de violencia física no recíproca o iniciación de las agresiones físicas por los hombres; y los 7 estudios restantes registran niveles similares para ambos sexos.

Javier Alvarez-Deca en un estudio que titula “Luz bajo el
Celemín” en el que se presentan de forma rigurosa y detallada, los resultados de 58 estudios sobre violencia de pareja publicados en 2009. En dicha recopilación, Alvarez-Deca sintetiza que las tasas similares de violencia para ambos miembros de la pareja son el resultado predominante (32 estudios); el segundo resultado más frecuente son las mayores tasas de perpetración femenina (22 estudios); y solo 5 estudios se apartan de esas pautas y arrojan mayores niveles de perpetración masculina: el número 40 (basado en una muestra de parejas en terapia relacional por disfunciones psíquicas del varón), el número 48 (aplicado a una muestra iraní) y los números 26, 56 y 57 (que evalúan la violencia perpetrada o sufrida a lo largo de toda la vida de los encuestados). Estos tres últimos estudios reproducen el patrón de casi todos los estudios que abarcan largos periodos de tiempo o la vida entera de los participantes. En tales casos, los niveles de victimización declarados por las mujeres suelen ser mayores que los declarados por los hombres, en contradicción con los estudios mejor acotados en el tiempo y relativos a periodos más cortos y fáciles de recordar. Como ambas cosas no pueden ser ciertas, es lógico deducir, ajuicio del autor del estudio, los resultados de los estudios de periodo largo estén más condicionados por la ideología predominante y el clima social. Por otra parte, en nueve estudios (los números 3, 5,13,17, 23, 24, 40, 48 y 50) se examinan los aspectos de unilateralidad e iniciación de las agresiones. En ellos, el resultado más frecuente son los niveles similares de agresiones no recíprocas o unilaterales en hombres y mujeres (cuatro estudios); el segundo resultado más frecuente son los mayores niveles de unilateralidad femenina (tres estudios); y, por último, la violencia unilateral masculina predomina en los dos estudios ya mencionados de la muestra de hombres con disfunciones psíquicas (número 40) y la muestra iraní (número 48). 

Más recientemente Alvarez-Deca ha actualizado y ampliado su informe, con estudios publicados hasta el presente año 2.012: El informe es demoledor, pues expone los últimos 400 estudios científicos serios internacionales, seleccionados con arreglo a un único criterio de inclusión y, a la vez, condición indispensable: que tengan en cuenta la violencia ejercida (perpetración) o sufrida (victimización) por ambos miembros de la pareja heterosexual. Las conclusiones son aplastantes. Para victimización: Los hombres sufren mayores niveles de victimización por violencia física total o leve en 209 estudios y por violencia física grave en 89 estudios. Las mujeres sufren mayores niveles de victimización por violencia física total o leve en 78 estudios y por violencia física grave en 34 estudios. Se registran tasas similares para ambos sexos por violencia física total o leve en 108 estudios y por violencia física grave en 34 estudios.



La mejor manera para que las mentiras resulten creíbles, es partir de hechos veraces, cuyos contornos después se desdibujan y distorsionan, dice el juez Francisco Serrano, y esto es lo que hacen los que quieren sustituir la violencia domestica por la mal llamada violencia de genero.

Los hombres sufren mayores niveles de victimización por violencia física total o leve

hombres y mujeres ejercían la violencia en la pareja en proporciones similares

La violencia en la pareja

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