viernes, 15 de julio de 2016

Educando a los hijos.

La vida cambia, y hay muchas cosas nuevas que quizá no nos gusten,hasta es posible que no sean objetivamente mejores que otras de antes, pero que no son malas: son simplemente otros modos de vivir, sin más trascendencia. En no pocas ocasiones, los conflictos aparecen porque se da importancia a pequeñeces, que se superan con un poco de perspectiva y sentido del humor (San Josemaría, Conversaciones).


La autoridad de los padres ante los hijos no viene de un carácter rígido y autoritario; se basa más bien en el buen ejemplo: en el amor que se tienen los esposos, en la unidad de criterio que los hijos ven en ellos, en su generosidad, en el tiempo que les dedican, en el cariño,cariño exigente, que les muestran, en el tono de vida que dan al hogar; y también, en la claridad y confianza con que se les trata.

La autoridad de los padres ante los hijos no viene de un carácter rígido y autoritario
Con paciencia, conviene hacerles ver cuándo han obrado mal. Así se va formando también su conciencia, no dejando pasar las oportunidades de enseñar a distinguir el bien del mal, lo que se debe hacer y evitar.

Deben educar para siempre.
Pero los padres no sólo educan siempre sino que además deben educar para siempre. De poco serviría una educación que se limitara a resolver las situaciones coyunturales del momento, si olvidara su proyección futura. Está en juego dotarles de la autonomía personal necesaria. Sin ella quedarían a merced de todo tipo de dependencias. Unas más visibles, como las relacionadas con el consumismo, el sexo, o la droga; y otras más sutiles, pero no por ello menos importantes, como las procedentes de algunas ideologías de moda.
Ambiente de confianza.

Es preferible que se dejen engañar alguna vez: la confianza, que se pone en los hijos, hace que ellos mismos se avergüencen de haber abusado, y se corrijan; en cambio, si no tienen libertad, si ven que no se confía en ellos, se sentirán movidos a engañar siempre(San Josemaría, Conversaciones). Hay que alimentar constantemente este ambiente de confianza, creyendo siempre lo que digan, sin recelos, no permitiendo nunca que se cree una distancia tan grande que se haga difícil de cerrar.

autoridad de los padres ante los hijos

padres e hijos

educación de los hijos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario