miércoles, 13 de julio de 2016

El trabajador de la e-conomía.


Las empresas, sean grandes o pequeñas, dependen de la calidad y cualidad de la autonomía de los trabajadores. La calidad no se puede medir simplemente en años de educación,sino en el tipo de edu-
cación recibida. En la e-conomía, los trabajadores deben ser capaces de reciclarse en términos de habilidades, conocimiento y manera de pensar de acuerdo a una serie de tareas variables en un entorno de negocios en continua evolución. El trabajo autoprogramable requiere un tipo concreto de educación, mediante la cual la reserva de conocimientos e información acumulados en la mente del trabajador pueda expandirse y modificarse a lo largo de toda su vida activa. Este hecho trae como consecuencia una exigencia extraordinaria sobre el sistema educativo, tanto durante los años formativos como durante el proceso constante de reconversión y formación continua que se prolonga durante toda la vida. Entre otras consecuencias, la e-conomía requiere el desarrollo del e-learning como un compañero imprescindible durante la vida profesional de la persona. Las características más importantes de este proceso de aprendizaje son, por un lado, aprender a aprender, ya que la mayor parte de las informaciones especificas quedarán obsoletas en pocos años, dado que nos movemos en una economía que cambia a la velocidad de Internet. La otra característica consiste en estar capacitado para transformar la información obtenida durante el proceso de aprendizaje en conocimiento específico.

e-business.
El talento es el factor clave de la producción para el e-business. Todo depende, realmente, de la capacidad para atraer, retener y utilizar eficazmente a los trabajadores con más talento. 

En un mercado de trabajo tan competitivo y en el que escasea el trabajo autoprogramable, dice Manuel Castells, las empresas recurren a diversos alicientes para retener a sus mejores empleados. Aparte de algunos reclamos anecdóticos (incentivos, regalos, primas), la estrategia más importante para conseguir vincular a los trabajadores con la empresa, es la de pagar una parte del salario en forma de opciones sobre acciones o stock options, para que así compartan los resultados de la empresa. Este método vincula el destino del empleado al éxito de la empresa, por lo menos durante un tiempo, hasta que el empleado gana el dinero suficiente para conseguir independizarse. Los casos en que se ha producido una extraordinaria valorización de la capitalización bursátil funcionan como imanes que sirven para atraer a los mejores y más brillantes hacia el siguiente proyecto con buenas perspectivas: en 1.999 aparecieron unos 65 nuevos multimillonarios de papel al día en Silicon Valley. Ni siquiera el descenso del mercado de las tecnológicas en el año 2.000 consiguió eliminar el nivel de motivación, en realidad tan sólo contribuyó a elevar el grado de precaución a la hora de mezclar las opciones de vida con las opciones sobre acciones (stock options). La forma de pago en stock options es en realidad extremadamente beneficiosa para las empresas, no sólo porque contribuye a retener a la mano de obra, sino porque así las empresas se sienten menos apremiadas por el pago de los sueldos.


Por lo que respecta a los empleados, el pago en stock options resucita irónicamente el viejo ideal autogestionario anarquista, ya que los trabajadores se convierten en copropietarios, coproductores y cogestores de la empresa. La autonomía, la responsabilidad y esta versión light de la propiedad cooperativa, tienen un precio: al empleado se le exige un compromiso total con el proyecto empresarial, muy superior a lo que los acuerdos contractuales estipulan. Para los profesionales que trabajan en, o en torno a, las empresas de Silicon Valley, trabajar más de 65 horas a la semana es lo habitual. Además, en vísperas de la entrega de un proyecto importante, hay que pasar varias noches en vela. Estos mismos horarios de trabajo parecen ser bastante habituales en la industria Internet en Barcelona, París o Helsinki.



El papel fundamental que ha jugado la mano de obra autoprogramable en el e-business ha conducido a una escasez de esta clase de mano de obra en los sectores y áreas más dinámicas del mundo. De Silicon Valley a Estocolmo y de Inglaterra a Finlandia, el principal problema para las empresas líderes consiste en saber dónde encontrar ingenieros, programadores, profesionales del e-business, analistas financieros y, en definitiva, a cualquiera que sea capaz de desarrollar las nuevas habilidades requeridas por este mercado en proceso de cambio. Sin embargo, el creciente número de mujeres universitarias y el acceso masivo de éstas al trabajo remunerado está proporcionando un importante contingente de trabajo cualificado, flexible y autónomo, que es lo que la e-conomía necesita.

Las empresas, sean grandes o pequeñas, dependen de la calidad y cualidad de la autonomía de los trabajadores. 

el acceso masivo de éstas al trabajo remunerado está proporcionando un importante contingente de trabajo cualificado, flexible y autónomo, que es lo que la e-conomía necesita.

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