martes, 12 de septiembre de 2017

El conocimiento intelectual no ofrece ninguna garantía de un sano juicio moral.

Ni el conocimiento intelectual ni la educación liberal ofrecen garantía alguna de sano juicio moral, ni mucho menos de una ética superior. Las mentes eruditas pueden cultivar el nihilismo, y hay numerosos intelectuales que, obsesionados por conceptos abstractos tales como globalidad y capitalismo, no vacilan en legitimar la violencia terrorista. Dostoievski lo describió en Los demonios: “la hipocresía, la corrupción intelectual, la fascinación por la violencia, la adicción al poder y un conformismo ilimitado son típicos de demasiados intelectuales”.

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