martes, 14 de agosto de 2018

Impresoras 3D.

Jeremy Rifkin es un investigador estadounidense que investiga el impacto de los cambios científicos y tecnológicos. Pues bien, este sociólogo y economista cuenta como Staples, la conocida empresa de material de
oficina, ha presentado en su tienda de Almere, Holanda, una impresora 3D fabricada por Mcor Technologies que utiliza papel barato como material. El proceso, llamado laminación por depósito selectivo (LDS), imprime objetos tridimensionales a todo color que tienen una consistencia parecida a la de la madera. Estas impresoras 3D se usan para infofabricar productos artesanales, diseños de arquitectura y hasta modelos quirúrgicos para reconstrucción facial. El coste del papel utilizado como material solo es un 5% del coste de los materiales que se han usado hasta ahora. La introducción de materiales aún más baratos reduce el coste de este apartado casi a cero. Un graduado del Royal College of Art de Londres, Markus Kayser, ha inventado una impresora 3D llamada Solar-Sinter, sintetizador solar, que imprime objetos de vidrio a partir del Sol y de arena. La Solar Sinter, que se probó con éxito en el desierto del Sahara en 2011, se alimenta mediante dos paneles solares y está equipada con una gran lente que concentra los rayos del Sol para calentar
Markus Kayser 
arena hasta el punto de fusión. Luego, el software dirige el depósito de la arena fundida para formar cada capa hasta crear un objeto de vidrio completo. Filabot es un ingenioso aparato de reciente creación con el tamaño de una caja de zapatos. Su función es triturar y fundir objetos viejos de plástico, especialmente objetos de uso doméstico como cubos, botellas, tuberías, DVD, gafas de sol y recipientes diversos. El plástico, una vez triturado, cae por una tolva en un depósito en forma de barril donde se funde por el calor generado por una resistencia. Luego, el plástico así fundido pasa por una boquilla de extrusión para crear filamentos que se guardan en un carrete para imprimir. Un Filabot montado cuesta 649 dólares. Un estudiante holandés, Dirk Vander Kooij, reprogramó un robot industrial para imprimir muebles a medida en una línea continua usando el material plástico de neveras viejas. El robot puede imprimir una silla con varios diseños y colores en menos de tres horas, lo que supone unas 3.000 sillas a medida al año. Otras impresoras de muebles utilizan vidrio, madera, cerámica, tejidos o hasta acero inoxidable, lo cual demuestra la gran variedad de materiales reciclados que se pueden emplear en el proceso de infofacturación. Si se imprimen muebles, ¿por qué no imprimir la casa que los albergará? 

Mega impresora 3D que construye casas económicas de arcilla
Muchos ingenieros, arquitectos y diseñadores trabajan en la construcción de edificaciones con impresoras 3D. Esta tecnología aún se halla en la fase de I+D, pero ya está muy claro que este procedimiento cambiará por completo el sector de la construcción en los próximos decenios. A diferencia de los costes considerables en tiempo y dinero que supone el diseño de los planos por un arquitecto, los programas que guían las impresoras 3D son de código abierto y virtualmente gratuitos.


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