jueves, 18 de octubre de 2018

El votante medio es fácilmente manipulable por los profesionales del poder.


Decía Winston Churchill que el votante medio tiene ideas primarias y a menudo pintorescas sobre los problemas políticos, económicos, etc., por lo que es fácilmente manipulable por los profesionales del poder, de modo que el peligro de que la política se convierta en un torneo de demagogias es real y no infrecuente. Si la mayoría de los votantes entienden poco de los problemas generales, las oligarquías o partidos pueden, en gran parte por eso mismo, operar como auténticas mafias.

Una falsa crítica condena a la democracia por dar el mismo
valor al voto de una persona instruida, digamos un ingeniero, que a un peón de albañil de escasa cultura, a quien se supone más proclive a la demagogia. Sin embargo, dice Moa, la realidad muestra que las personas instruidas pueden tener ideas tan disparatadas como las no instruidas, y que en general los demagogos no son precisamente analfabetos.

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