viernes, 7 de octubre de 2016

Porque existen preocupaciones, sufrimientos,pobreza, la vida no se vuelve superficial y monótona.

Un amigo se quejaba contra la vida.Una vida llena de sufrimientos y preocupaciones, decía. Unas veces de desgracias provocadas por el propio hombre y otras arrastrados por la naturaleza. 


Mani Shankar Mukherjee(1933) es un escritor muy conocido en lengua bengalí. Sus novela de mayor éxito, que recomiendo personalmente, es Chowringhee.En ella Sankar,que es como generalmente se le conoce, escribe: “si no fuese por esos problemas que nos presenta la vida, la mitad de las alegrías de estar vivo se perderían. Precisamente porque existían las preocupaciones, los sufrimientos, la pobreza, la vida no se volvía superficial y monótona. Ninguno de nosotros está interesado en la historia de la felicidad en este mundo. Los grandes espíritus del mundo, a los que reverenciamos, se forjaron en medio del sufrimiento, ninguno de ellos fue educado en la comodidad ni fue esclavo de las riquezas”.
Russel Street in Chowringhee in Calcutta
Chowringhee Lane.Calcuta
En este mismo libro Shankar cuenta la siguiente historia:
—Entonces, señor, ¿se queda con algunos cestos? —le pregunté. Con una palmadita, llegó su respuesta: —Dame seis, pero no te olvides de mi parte. Vender seis cestos significaba una comisión de una rupia y media. Con el producto de la venta en la mano, le dije: —Esto es lo que saco cuando vendo seis cestos. Tome usted lo que le parezca justo. El hombre echó una calada a su cigarrillo y dijo: —De otro podría haber obtenido un treinta por ciento, pero, dado que eres bengalí, me daré por satisfecho con un veinticinco. A continuación, cogió la totalidad del importe y empezó a lamentarse por la falta de honestidad de los de nuestra raza. —Se ve que estás hecho todo un profesional, ya que afirmas que no sacas más de una rupia y media con la venta de seis cestos. ¿Crees que somos tontos? Yo estaba demasiado desconcertado como para contestar, así que me fui en silencio, perplejo otra vez ante las cosas de este extraño mundo. ¡Increíble! ¿Acaso no era el mismo mundo en el que una vez había descubierto la belleza, donde había conocido a tanta gente respetable, en el que creía que Dios habitaba en el hombre?

Los grandes espíritus del mundo se forjaron en medio del sufrimiento, ninguno de ellos fue educado en la comodidad ni fue esclavo de las riquezas

creía que Dios habitaba en el hombre

si no fuese por esos problemas que nos presenta la vida, la mitad de las alegrías de estar vivo se perderían

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