lunes, 10 de octubre de 2016

Al principio en Francia mucha gente veía al general de Gaulle como un traidor

Antes de 1940 Charles de Gaulle era un oficial joven poco conocido del ejército francés. Elevado al generalato durante la invasión alemana de Bélgica y nombrado poco después subsecretario de defensa del gobierno francés, en el verano de 1940 se había instalado con el respaldo de los ingleses como líder de la Francia Libre en el exilio, una pequeñísima fuerza de sólo unos 2.000 hombres y 140 oficiales. 

alocuciones radiofónicas de De Gaulle 
En una serie de grandilocuentes alocuciones radiofónicas al pueblo francés desde Londres, De Gaulle afirmó que la Francia Libre representaba a la verdadera Francia. Pretendía personificar el desafío no sólo a los alemanes, sino también al régimen de Vichy, al que negaba cualquier legitimidad. Pero no tuvo demasiado éxito hasta mediada ya la guerra. En Francia mucha gente lo veía como un traidor. El hundimiento de la armada francesa en Mers el-Kébir, en Argelia, el 3 de julio de 1940, por orden de Churchill (para impedir que quedara a disposición de los alemanes), con la pérdida de la vida de 1.297 marineros franceses, no contribuyó precisamente a que la causa de los aliados consiguiera demasiado apoyo ni en Francia ni en sus colonias. Al igual que las autoridades coloniales, las tropas francesas de las colonias, mucho más numerosas que las existentes en la propia Francia, permanecieron leales al régimen de Vichy, rechazando el desembarco fallido del contingente de la Francia Libre en Dakar en septiembre de 1940. Sólo gradualmente,cuando las vicisitudes de la guerra fueron volviéndose en contra de Alemania, el apoyo de las colonias cambió para ponerse de parte de la Francia Libre.

Bandera de la Francia libre


Las fuerzas de la Francia Libre era de 50.000 hombres, frente a los 230 000 que habían permanecido leales a Vichy. Sólo en el verano de 1943, una vez que su cuartel general fue trasladado a Argel y que mejoró su reputación debido al apoyo prestado al movimiento de resistencia existente en la propia Francia, cada vez más numeroso, De Gaulle fue reconocido efectivamente como el jefe incontestado del gobierno in pectore. En ese momento empezó a representar un rival, con un poder y un apoyo cada vez mayores, para el régimen de Vichy que, desde noviembre de 1942, cuando los alemanes invadieron lo que hasta entonces había sido la zona no ocupada, se convirtió más que nunca en un títere en manos de los opresores alemanes, cada vez más odiados.

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