viernes, 14 de octubre de 2016

Al-Andalus islámico.

La agricultura de al-Andalus era, en general, de secano, único cultivo factible en la meseta central. Sin embargo, en el Sur, en lo que es hoy día Andalucía, era posible el regadío.

Aunque ese regadío no fue una invención árabe, parece que los musulmanes lo desarrollaron de forma considerable e introdujeron técnicas más progresivas procedentes de Oriente. El superior nivel tecnológico posibilitó la obtención de nuevos productos; se atribuye a los musulmanes la introducción en España no sólo de los naranjos y varias otras especies de frutas y verduras, sino también del arroz, la caña de azúcar y el algodón. En el aspecto agrícola, al-Andalus era más próspera que la mayoría de las demás tierras islámicas. Era también rica en minerales, y probablemente los árabes prosiguieron las explotaciones iniciadas por los romanos. Indudablemente, los musulmanes españoles heredaron de los visigodos técnicas notables en el trabajo artístico de los metales, algunas de las cuales han perdurado hasta los tiempos modernos. Para el profesor Montgomery Watt la contribución más específica del Islam se produjo en la esfera de la urbanización: en el desarrollo de las ciudades y actividades conexas.


Granada Alhambra.
Los árabes estimularon un auténtico sentimiento de ciudadanía. El orden se mantenía de forma estricta. Existían funcionarios que vigilaban los mercados y procuraban que no se llevaran a cabo prácticas ilegítimas. Funcionaban corporaciones o gremios de artesanos, con grados equivalentes a los de maestro, oficial y aprendiz, cuidadosamente regulados. Había posadas que proporcionaban alojamiento adecuado a los mercaderes y a sus géneros. Por consiguiente, sólidas razones materiales o económicas justificaban el crecimiento de las ciudades; y los musulmanes eran perfectamente conscientes de las posibilidades que las ciudades ofrecían para el cultivo de la literatura, la música y otras actividades artísticas e intelectuales. El estímulo que para el comercio representaban las características generales del Islam pudo muy bien ser la causa fundamental de la prosperidad de al-Andalus.


Al-Andalus, famosa por sus magníficos tejidos, producía también pieles y objetos de cerámica.

Los árabes estimularon un auténtico sentimiento de ciudadanía

la contribución más específica del Islam se produjo en la esfera de la urbanización: en el desarrollo de las ciudades y actividades conexas.

los musulmanes eran perfectamente conscientes de las posibilidades que las ciudades ofrecían para el cultivo de la literatura, la música y otras actividades artísticas e intelectuales

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