miércoles, 26 de octubre de 2016

El reino nazarí.

Urna de plata que contiene los restos mortales de FernandoIII,rey de Castilla.
El dirigente mas importante de la ofensiva cristiana contra la invasión musulmana fue Fernando III, rey de Castilla desde 1217 y también de León desde 1230. En una serie de campañas, de 1231 en adelante, logró conquistar para los cristianos el corazón mismo de al-Andalus. Los hechos más señalados fueron la ocupación de Córdoba en 1236 y la de Sevilla en 1248. 

Las operaciones de limpieza posteriores, especialmente en el Este, duraron unos veinte años. Al fin de este período, la dominación musulmana había desaparecido de España, salvo una sola excepción. Esta única excepción  del reino
Alhambra
nazarí de Granada. Hacia 1231, un hombre de ascendencia árabe (de Medina), Muḥammad ibn Yūsuf ibn Naṣr, fundó un pequeño Estado en torno a Jaén, apoderándose posteriormente de Granada en 1235 y haciendo de ella su capital. Consiguió salvarse de la catástrofe mediante una prudente diplomacia, obteniendo la ayuda de los cristianos contra sus rivales musulmanes locales y después la de los musulmanes norteafricanos contra los cristianos. Las características geográficas del pequeño reino, junto con otros factores, le permitieron mantener su existencia durante dos siglos y medio. 


Reproducción de la ciudad de Almería en época nazarí
El final del reino nazarí se debió tanto a su propia debilidad interna como al creciente poderío de los cristianos. Este poderío aumentó considerablemente gracias a la unión de Aragón y Castilla por el matrimonio entre Isabel, reina de Castilla a partir de 1474, y Fernando, rey de Aragón desde
Boabdil  llorando por Granada
1479. Pero ya antes de estos acontecimientos la conquista de Gibraltar en 1462 había puesto de manifiesto que el poder cristiano pasaba de nuevo a la ofensiva. Sin embargo, el desastre final habría podido posponerse si los dirigentes musulmanes, dejándose llevar por la impaciencia, no hubieran perdido la serenidad. En 1481,poco antes de finalizar un período de tregua, arrebataron el castillo de Zahara a los cristianos, contribuyendo esta agresiva provocación a que Fernando e Isabel tomaran la decisión de acabar con Granada. Sin recurrir a un ataque militar abierto, Fernando se aprovechó de las divisiones musulmanas y mantuvo la paz con una de las fracciones, mientras que sus ejércitos se lanzaban contra la otra fracción, así aislada. De esta forma logró conquistar Ronda (1485) y Málaga (1487), en el Oeste, y posteriormente Almería (1489), en el Este. La campaña final contra Granada fue lanzada en 1491; antes de concluir el año los defensores comprendieron que su posición era desesperada y decidieron rendirse. Se garantizó a los musulmanes condiciones honorables, y la rendición se produjo en los primeros días de 1492.

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