domingo, 12 de junio de 2016

Lo que nos hace felices es la camaradería y el afecto.

personas materialistas
personas materialistas
Las personas materialistas son mucho más propensas a seguir aumentando su riqueza material aunque se sientan infelices porque no atribuyen esa infelicidad a su sed de riqueza, sino a que no tienen riqueza suficiente. Creen que si pueden aumentar aunque solo sea un poco su éxito material se ganarán la admiración de los demás y que una conducta más consumista les ofrecerá más placer, un fenómeno que los psicólogos llaman habituación hedonista. Al final sucede todo lo contrario y cada incursión en esa fantasía hedonista les causa más infelicidad, atrapándolas en un círculo vicioso del que solo podrán salir si buscan la felicidad por otras vías.

Estudios realizados en todo el mundo han revelado una
Tim Kasser
fuerte correlación entre los valores materialistas, el abuso de sustancias y la depresión. Los materialistas tienden más a la posesividad y menos a la generosidad y la confianza. También les cuesta más refrenar sus impulsos y suelen ser más agresivos con los demás. Tim Kasser, profesor de psicología y autor de The High Price of Materialism, resume las pruebas abrumadoras que han ido acumulando los estudios sobre la conducta materialista: Las personas que valoran mucho las posesiones y la riqueza comunican menos bienestar psicológico que las que no se preocupan tanto por estas metas. Cuanto más dominan nuestra vida los valores materialistas, más se reduce nuestra calidad de vida.
formar vínculos sociales
camaradería y afecto
En resumen, ¿qué nos dicen estos experimentos, estudios y encuestas? Lo primero es que el dinero no da la felicidad. Si bien la pobreza genera desesperanza, el aumento de la riqueza, una vez logrado un nivel mínimo de comodidad, también genera desesperación. Segundo, el materialismo desenfrenado no hace que la gente sea más feliz y es causa de marginación, temor, desconfianza y soledad. En tercer lugar, el ser humano no se guía por el deseo insaciable de posesiones materiales como los economistas quieren hacernos creer, sino por el deseo de formar vínculos sociales. Lo que nos hace felices, una vez satisfechos los requisitos mínimos para el bienestar, es la camaradería y el afecto.


Cuanto más dominan nuestra vida los valores materialistas, más se reduce nuestra calidad de vida.


Los materialistas tienden más a la posesividad y menos a la generosidad y la confianza

el ser humano se guía por el deseo de formar vínculos sociales





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