miércoles, 13 de abril de 2016

El ateismo en el marxismo de Carlos Marx.

Para Carlos Marx el ateísmo es la negación de una irrealidad que ha sido un obstáculo en el camino hacia el progreso humano. La condición para la autenticidad del hombre es la no existencia de Dios.

Carlos Marx.
“Del mismo modo que en la religión el hombre es gobernado por los productos de su propio cerebro, en la producción capitalista resulta gobernado por los productos de sus propias manos. El dinero es la esencia alienada del trabajo y de la vida del hombre; una esencia ajena a él, que le domina mientras él la adora”, explicaba Marx.

Para que el hombre pudiese ser él mismo tenía que dejar de creer en un Dios ficticio y no tolerar la explotación en el lugar de trabajo. El hombre estaba oprimido y consiguientemente alienado de sí mismo, ésa era la situación. Solucionarlo exigía medidas drásticas, nada menos que una revolución en toda regla, que liberaría al hombre de la opresión y le devolvería su plenitud.

Marx propuso su programa como un sustitutivo de la religión. Por lo tanto,  manifiesta el profesor Donald de Marco, tenía que ser un paralelo para la teología cristiana, a la que pretendía reemplazar.Como ofrecía un sustitutivo para el cristianismo,en su enseñanza pueden encontrarse tanto paralelos como distorsiones de la doctrina cristiana.

Marx negaba al hombre su propia identidad como persona. En El capital escribe: “Hablo de individuos en tanto en cuanto son personificaciones de concretas clases de relaciones e intereses”. Uno de sus axiomas más conocidos dice así: “La existencia social del hombre determina su conciencia”. Los hombres no son libres; todos están socialmente condicionados. El individuo es absorbido por el colectivo. La persona no peca ni experimenta la culpa porque no existe realmente como persona.

Marx propone al mundo una religión postiza, que exhibe muchos de los rasgos del cristianismo, si bien en sus manifestaciones más deformadas. Incluye una promesa de justicia, de redención, de gozo, de igualdad, de comunidad, incluso un paraíso utópico. Pero el elemento que falta ,el amor, lo hace todo vacío e inútil, dice el profesor de Marco.



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