jueves, 7 de abril de 2016

A medida que envejeces.

Estuve el viernes en un funeral. Al final del mismo mantuve una entrañable conversación con el marido de la fallecida, al cual considero, a pesar de la diferencia de edad,un gran amigo, no un viejo amigo.

Me comentaba Jaime, así se llama mi gran amigo, que tenía una enfermedad incurable que era la vejez.Le dije que se dejase de monsergas ya que la vejez puede ser el periodo mas fructifico de nuestra terrenal existencia.


El profesor Viktor Frankl comenta que no hay que tener nada contra la vejez mientras te permita pensar que maduras a medida que envejeces.La capacidad de adaptación no tiene límites. No se trata de lo que experimentas durante el proceso de envejecimiento, sino de qué postura adoptas ante él, cómo lo transformas y cómo intentas formar algo positivo de lo negativo.


En general, sigue diciendo el profesor Frankl, las personas sólo ven los rastrojos de la transitoriedad y pasan por alto los graneros repletos del ser pasado. Desde hace mucho tiempo han ido almacenando en esos graneros la cosecha de su vida, y nada ni nadie en el mundo puede acabar con lo que allí han almacenado, depositado, guardado o custodiado.

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