martes, 10 de octubre de 2017

Una civilización donde la libertad, el humor y el respeto por la ley prevalecen sobre la búsqueda radical de la perfección humana.

Augusto Assía
El corresponsal en Londres del periódico de Barcelona La Vanguardia durante la Segunda Guerra Mundial, Augusto Assía, cuenta que en cierta ocasión, pudo leer un cartel oficial: “Con tu coraje, con tu decisión, con tu cortesía, ganaremos la guerra”. Assía reflexiona: cualquier país hubiese pedido valentía y determinación a los suyos; solo Inglaterra podía pedir; además, el mantenimiento de las formas. Era el signo de una civilización donde, al contrario de los regímenes totalitarios, “la libertad, el humor y el respeto por la ley prevalecen sobre la búsqueda radical de la perfección humana”. Ahí están las gracias de Inglaterra. Al terminar la contienda, Assía medita que Hitler no ha hecho sino repetir “la historia de Luis XIV, de Napoleón, del Káiser”, de todos los enemigos de la Isla. Como ellos, el nazismo tampoco iba a poder nada “contra el poder de la libertad” que, en su mejor hora, encarnó Inglaterra para el mundo.

Jorge VI
En una de las crónicas de Assía, enviada desde Londres, escribe: “Jorge VI ha enviado asimismo una postal de Navidad a cada uno de los miembros de las fuerzas de tierra, mar y aire, cualquiera que sea su rango. Los únicos militares de la Isla que no recibirán la postal de Su Majestad británica son los prisioneros alemanes; pero estos han recibido, en cambio, tantos regalos de ingleses anónimos y sentimentales que no serán de los que pasen peor las fiestas. En todos los campos de prisioneros se han instalado árboles de Noel y un menú especial, a la alemana, les ha sido confeccionado. Respecto a los regalos, tantos recibieron, que un general inglés se consideró obligado a decir por la radio que era excesivo y recomendaba a los donantes que pensaran un poco menos en los prisioneros y un poco más en las viudas y los huérfanos de las víctimas que está produciendo la guerra submarina”.

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