viernes, 13 de octubre de 2017

Podemos descubrir una ley interna a la vida, una ley “divina”.

La vida viene de allá arriba, del hogar de las estrellas, del firmamento que observaba encandilado Tales de Mileto. La vida es “divina”. Tales de Mileto decía: “Todo está lleno de dioses”. La naturaleza entera, los hombres, los animales, las plantas, las montañas, los ríos, los mares y las piedras, tienen vida, están traspasados por lo divino, por la humedad primigenia que los vivifica, que los mantiene en su ser. Estar lleno de dioses significa, dice Carlos Goñi, que podemos descubrir una ley interna a la vida, una ley divina, que hace que el proceso cíclico de las estaciones restablezca continuamente el latido del universo.

Tales de Mileto le corresponde el honor de ser considerado el primer filósofo, el primer hombre que indagó la causa última de todas las cosas.

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