miércoles, 6 de diciembre de 2023

Protección laboral

Prácticamente, todos los países industriales modernos han afrontado los problemas de seguridad laboral, sea que hayan decidido afrontarlos de manera realista o poco realista, exitosa o sin éxito. En algunos países, Francia, Alemania, la India y Sudáfrica, por ejemplo, la seguridad laboral hace que para un empresario sea difícil y caro despedir a alguien. Los sindicatos tratan de lograr políticas de seguridad laboral en muchas industrias y países en todo el mundo. En Estados Unidos, los sindicatos de maestros han tenido tanto éxito en esto que a un distrito escolar puede costarle fácilmente decenas de miles de dólares, y a veces más de cien mil dólares, despedir a un maestro, incluso si se trata de alguien que es terriblemente incompetente. El propósito obvio de las leyes de seguridad laboral es reducir el desempleo. Sin embargo, decirlo es muy diferente a que éste sea su efecto real. Los países con ese tipo de leyes por lo general no tienen tasas de desempleo más bajas. Al contrario, tienen tasas de desempleo mayores a las de los países que no cuentan con una amplia gama de leyes de protección laboral. En Francia, por ejemplo, donde tienen varias de las leyes más severas de Europa en cuanto a la seguridad laboral, no es poco común tener tasas de desempleo de dos dígitos, mientras que en Estados Unidos, donde no existen leyes a nivel nacional que establezcan la obligatoriedad de la seguridad laboral en el sector privado, los estadounidenses se alarman cuando la tasa de desempleo sube al 6 por ciento. En Sudáfrica, el gobierno ha admitido que sus rígidas leyes de protección laboral han tenido “consecuencias no deseadas”, entre ellas, una tasa de desempleo que se ha mantenido por encima del 25 por ciento durante años, llegando a 31 por ciento. En palabras de la revista británica The Economist: “Despedir es un dolor de cabeza tan costoso que muchos prefieren directamente no contratar”. Esta consecuencia bajo ningún concepto es exclusiva a Sudáfrica.

En Europa, donde las leyes y la práctica de la seguridad laboral son mucho más fuertes que en Estados Unidos, las oportunidades de trabajo en la práctica han sido más escasas.Las leyes de seguridad laboral hacen que sea más caro contratar trabajadores y, como cualquier otra cosa que se vuelve más cara, el trabajo tiene menor demanda a un precio más alto que a un precio más bajo. Las políticas de seguridad laboral salvan los empleos de los trabajadores que ya tienen trabajo, pero a expensas de reducir la flexibilidad y eficiencia de la economía en su conjunto, inhibiendo así la producción de la riqueza necesaria para la creación de nuevos empleos para otros trabajadores.Para la población trabajadora en su conjunto, puede que no haya un aumento neto en la seguridad laboral sino una concentración de la inseguridad en aquéllos a quienes les tocó estar fuera, especialmente a los trabajadores jóvenes que entran al mercado laboral o a las mujeres que buscan reingresar a este mercado después de haberse tomado un tiempo para criar a sus hijos.

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