lunes, 11 de diciembre de 2023

La persecución digital está dificultando que los norcoreanos huyan del régimen autoritario

Un informe de NKNews.org ha revelado un aumento en las medidas de seguridad en la frontera entre China y Corea del Norte. Se trata de una compleja red de cámaras de seguridad, torres de vigilancia y otras infraestructuras que reprimen el movimiento de los norcoreanos que intentan huir del país. Dicho informe indica que este aumento de la persecución digital a través de las nuevas medidas de seguridad está dificultando cada vez más que los norcoreanos huyan del régimen autoritario y que muchas organizaciones les ayuden desde otras regiones fuera del país. "Hemos notado ese incremento", afirma un colaborador local cuyo nombre no puede ser revelado por motivos de seguridad. "Cada año, los norcoreanos lo tienen más difícil para viajar a China. Y más caro también. Hay que pagar cantidades desorbitadas a traficantes de personas que no son de fiar. Es realmente peligroso". Varios voluntarios dirigen una red de iglesias en casa en China que ayuda a los creyentes norcoreanos que consiguen llegar al país vecino.El último informe de NKNews muestra que la ciudad de Hunchun, junto al río Tumen, es donde más han incrementado y se han sofisticado las medidas de seguridad. Se encuentra en una región que, debido a la poca profundidad y cauce del río, ha sido históricamente la ruta recurrente de huida. Según Bobae Su, un investigador del centro de base de datos para los derechos humanos de Corea del Norte, un 60% de los 33.000 tránsfugos o refugiados políticos que llegaron a Corea del Sur provenían de Hamgyong del Norte, región que bordea dicho río. 

Una de las medidas de vigilancia más importantes de las autoridades chinas en su frontera con Corea del Norte es una extensa red de cámaras de seguridad. Casi la mitad de todas las cámaras de vigilancia del mundo de encuentran en China. Gracias a tecnologías como el reconocimiento facial, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático está surgiendo una “variante más ágil de autoritarismo,capaz de ejercer un control social sin precedentes”, en palabras de Josh Chin, jefe adjunto de la oficina del The Wall Street Journal en China y coautor de un libro reciente sobre la estructura de vigilancia tecnológica de China. Estas nuevas tecnologías hacen que sea realmente difícil colarse por la frontera sin ser detectado. También significa que métodos como el soborno a los guardias fronterizos pueden haber dejado de ser una opción. 

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