lunes, 25 de diciembre de 2023

La sonrisa eterna de Dios

Dante convierte el universo en una sonrisa:


Todo cuanto veía parecíame una sonrisa

del universo, tal era la venturosa embriaguez

que me invadía por el oído y la vista


Oh santa alegría, gozo inefable, 

oh vida entera de paz y de amor,

oh, sin deseo, segura abundancia


La eterna primavera que florece en las orillas del río paradisiaco es una sonrisa. Los elegidos son pura sonrisa, pues de hecho, no son más que luz y amor. La Virgen María, que concederá a Dante la gracia de contemplar a Dios, sonríe también, en el centro de la rosa mística:


Y allí vi, al fin, ante sus juegos y sus cantos,

sonreír a una beldad que infundía alegría

en los ojos de todos los demás santos


Por último la sonrisa vuelve al seno del propio Dios, de donde procede. La Trinidad que no es más que una sonrisa., la de Dios contemplándose, amándose y sonriéndose. No hay nada, absolutamente nada, en toda la literatura, comparable a esto:


Oh luz eterna, que solo en Ti resides,

y sola Te comprendes, y que comprendiéndote

y por Ti comprendida, Te amas y sonríes


Después del sufrimiento, el pecado y la muerte, llegamos a la sonrisa eterna de Dios.






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