domingo, 31 de diciembre de 2023

El burro y la Biblia

El Antiguo y Nuevo Testamento hablan mucho de los burros. De Abraham dice que tuvo burros y burras, entre otro ganado, sin especificar el número. (Génesis 12:16). Su nieto Jacob mandó decir a Esaú, hermano suyo: “Tengo vacas, burros, ovejas”. (Génesis 32:5). Dos de sus hijos, Simeón y Leví, arrasaron la ciudad cananea de Siquem, mataron a los hombres, llevaron cautivos a mujeres y niños y robaron los burros. (Génesis 34:26-29). Zibeón, abuelo de la mujer casada con Esaú, tenía un hijo llamado Aná. Este descubrió manantiales en el desierto cuando apacentaba los burros propiedad del padre. (Génesis 36:24). Cuando José conoció a sus hermanos, que a causa del hambre viajaron de Canaán a Egipto en busca de alimentos, José mandó cargar sus burros de trigo. (Génesis 42:26).Moisés abandonó la tierra de Madián y se dispuso regresar a Egipto. Entonces “tomó su mujer y sus hijos y los puso sobre un burro” (Éxodo 4:20). Tratándose de tres personas quiero creer que Moisés utilizaría a lo menos dos burros.Una norma legal establecía que si una persona viera a un burro caído en tierra, debía acudir en su ayuda y levantarlo, aún cuando se tratara del burro de un enemigo. (Éxodo 23:4. Deuteronomio 22:4).En la repartición del botín tras la guerra de judíos contra madianitas, el sacerdote Eleazar entregó a los guerreros hebreos 61.000 burros. (Números 31:34).
En el libro del profeta Zacarías encontramos una clara alusión a la entrada de Jesús en Jerusalén. No llega a la capital judía como un guerrero conquistador, sino que avanza humilde cabalgando sobre un pequeño burrito al que nadie había montado antes, llamado pollino: “Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un burro, sobre un pollino hijo de asna”. (Zacarías 9:9).
Lucas refiere la curación de un burro en una comida de Jesús con gobernantes y fariseos. Les pregunta si aquel día, sábado, era lícito sanar al enfermo. Ante el silencio de ellos, el Señor lo cura. Luego pregunta a los comensales: “¿Quién de vosotros, si su burro cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en día de reposo?”. (Lucas 14:5). Nada más se dice de los burros en el Nuevo Testamento.

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