El vinculo biológico es algo que no se puede borrar. Y subsiste a pesar de todo precisamente porque no se elige. Esto, escribe el profesor de la Sorbona Rémi Brague, tiene una consecuencia moral muy importante; una familia es un espacio en el cual se acepta a las personas por lo que son y no por lo que hacen. Los padres dignos de ese nombre pueden distinguir, pueden trazar una solida linea entre lo que hacen y lo que son sus hijos. Pueden, y hasta deben remediar los fracasos y hacer que su hijo abandone sus malas acciones. Pero la persona sigue siendo o debe seguir siendo objeto de un amor incondicional.
No hacemos de nuestros hijos lo que son, y tampoco lo que queremos que sean. Tienen que decidir en que convertirse. Es deber de padre darles la mejor educación posible. Pero la elección será de ellos. Para los creyentes,dice Rémi Brague, el objetivo final de la educación de los niños es su máxima bienaventuranza, es decir, la salvación de sus almas.
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