jueves, 30 de junio de 2022

Cuando el pueblo de Madrid utilizó armas bacteriológicas

Durante la guerra de sucesión española​,que fue un conflicto internacional que duró desde 1701 hasta la firma del Tratado de Utrecht en 1713, Felipe de Borbón deja Madrid y dirige sus tropas, unos treinta mil hombres, a recuperar Barcelona tomada por el archiduque Carlos, momento que aprovechó el ejército de la alianza (con tropas portuguesas e inglesas) para avanzar desde Portugal hacia Madrid. El archiduque era coronado rey de España como Carlos III ante el pueblo de Madrid, que lo recibe con frialdad. A pesar del apoyo incondicional al Borbón, poco pueden hacer los madrileños ante el numeroso y bien pertrechado ejército de extranjeros, pero sí podían hacerles frente con armas bacteriológicas. En aquellos momentos, Madrid contaba con casi cien burdeles para atender las necesidades de la carne, y los soldados eran clientes habituales. Se produjo una reunión de las “madames”, cuenta el escritor Javier Sanz, y decidieron hacer la guerra por su cuenta, a los soldados de la alianza solo les ofrecerían las prostitutas enfermas. Después de acicalarlas, bañarlas en perfume y vestirlas como cortesanas parecían hasta decentes. El resultado fue demoledor; al poco tiempo, en los hospitales de Madrid había más de seis mil soldados contagiados de sífilis o gonorrea.

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