lunes, 26 de octubre de 2020

La recta intención, la transparencia y la búsqueda de buenos resultados son compatibles


"El pensamiento cristiano no se opone por principio a la perspectiva de la ganancia, sino a la ganancia a cualquier precio, a la ganancia que olvida al hombre, que lo esclaviza, que lo reduce a una cosa más entre otras cosas, a una variable de un proceso que no puede controlar o al que no puede oponerse de ninguna manera”. El Papa Francisco lo recordó en las palabras dirigidas a las personas que trabajan en la Caja de Depósitos y Préstamos, una institución financiera italiana controlada principalmente por el Ministerio de Economía.



“Pensemos, dijo el Papa, en algunos fenómenos que tienen repercusiones muy importantes, como el declive de ciertas formas de producción, que necesitan ser renovadas o transformadas radicalmente. Pensemos en los cambios que se han producido en la forma en que se compran y venden los bienes, con el peligro de concentrar el intercambio y el comercio en manos de unas pocas entidades de dimensión mundial”. Frente a estos riesgos es necesario no ceder a la corrupción sino mantener en la gestión de los negocios “una conducta leal y límpida”. “Se trata, subraya el Papa, de identificar y seguir con valentía líneas de acción respetuosas, más aún, promotoras de la persona humana y de la sociedad”. “En el ejercicio de las propias responsabilidades es necesario saber distinguir el bien del mal.En efecto, incluso en el campo de la economía y las finanzas, la recta intención, la transparencia y la búsqueda de buenos resultados son compatibles y no deben separarse nunca”.


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