domingo, 4 de octubre de 2020

Silencio



El silencio acompaña el recogimiento, y hace volver al monje a la soledad de su relación con Dios, a su humildad; y le invita a desarrollar su espiritualidad. Silencio monástico no es sólo la ausencia de palabras, sino la calma soberana del corazón en la escucha tranquila de Dios; y está precedido por el silencio de Cristo, y por el ejemplo de los Padres del desierto, escribe el profesor en la Universidad de Estrasburgo David Le Breton.


El silencioso se mantiene a la escucha de Dios. "Quien no es solitario no puede ser silencioso; quien no está en silencio no puede oír al que habla", escribe Guignes II, noveno prior de la Gran Cartuja, muerto en 1188.


La austeridad no está necesariamente asociada a la melancolía o la seriedad. La alegría está presente en los monasterios, está mezclada con el silencio.

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