martes, 20 de octubre de 2020

La guerra de Cuba

                             Mapa Cuba 1868-1902 (mapa de las guerras de independencia)

Las bajas en el campo de batalla fueron escasas. Menos de cuatro mil soldados españoles murieron en combate contra los insurrectos. Pero los españoles se enfrentaban a otro enemigo más peligroso. Según cifras oficiales, 41.288 españoles murieron en Cuba de disentería, malaria, neumonía, tifus, fiebre amarilla y otras enfermedades. En otras palabras, la enfermedad se llevó al veintidós por ciento del personal militar en Cuba, lo que constituye el noventa y tres por ciento de las bajas españolas. Las enfermedades infecto-contagiosas causaban una gran mortalidad en los ejércitos antes de la aparición de los antibióticos. El hecho de perder a causa de estas enfermedades a una quinta parte de su contingente y no tener ni la más mínima noción de cómo combatirlas desconcertaba a los españoles. Por cada soldado que moría víctima de una de estas enfermedades, otros cuatro se contagiaban y quedaban fuera de combate durante un cierto periodo de tiempo. La fiebre amarilla causaba muertes de una agonía cruel, ya que las víctimas, entre gritos delirantes que enloquecían a los médicos, sangraban por la nariz, las encías, los oídos, el recto y los genitales, y vomitaban una mezcla de sangre con tejidos, una pulpa que parecía hecha de posos de café. Se podría decir que la fiebre amarilla, junto con otras enfermedades, derrotó a España y liberó a Cuba.

Los cubanos eran pocos y estaban mal armados, y su situación se fue deteriorando en el curso de la contienda. Lucharon con valentía, pero no podían ganar una guerra por sí solos, a pesar de que la interpretación convencional de la historia cubana proclame lo contrario. En 1898, Estados Unidos intervino en el conflicto y las milicias del Ejército Libertador cubano, débiles y harapientas, sólo pudieron participar periféricamente en la derrota naval y terrestre de los españoles. Estados Unidos reclamó la victoria y administró la libertad a los cubanos. Los estadounidenses en alianza con los cubanos adinerados, que ayudaron a implantar en la isla un régimen neocolonial dependiente de Estados Unidos. Ésta fue quizá la mayor tragedia para Cuba, manifiesta el historiador John Lawrence Tone.


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