viernes, 11 de septiembre de 2020

No es lo mismo Verdad y veracidad



Cuenta Angel Cabrero Ugarte (Segovia 1952), doctor en Derecho en la Universidad de Navarra que no es lo mismo Verdad y veracidad. Son dos conceptos distintos. La verdad es un concepto ontológico. Las cosas son como son. El mundo es como es y cuando decimos cómo es el mundo, sin inventar nada, estamos mostrando la verdad de las cosas. Pero en nuestra conversación habitual cuando hablamos de lo que es verdadero andamos más cerca de la veracidad. Somos veraces cuando queremos decir exactamente lo que es como es.


Tenemos la impresión de que los políticos mienten como bellacos. Esto es un problema gordo porque, aunque haya personas perfectamente de fiar, llega un momento que la desconfianza prevalece. La vida se complica mucho cuando predomina la duda.


La veracidad no está de moda. Esto enreda mucho la convivencia. Solo estás a gusto en un grupo de amigos en quienes confías plenamente. Cuando ni se te ocurre pensar en que estén mintiendo. Lo malo es cuando se miente en conversaciones esenciales. Cuando se procura engañar, para salir de un atolladero, en cuestiones profesionales o familiares de importancia. Lo malo es cuando tienes la convicción de que un político te engaña, si ves que mienten con toda tranquilidad. Y, lo que es peor, se llega a saber, con el tiempo, que aquello era falso y al escándalo del momento al saberlo, sigue un acostumbramiento, manifiesta Angel Cabrero. 

“Por supuesto, dice Joseph Ratzinger, el camino alto y arduo que conduce a la verdad y al bien no es un camino cómodo. Es un desafío al hombre. Pero quedarse tranquilamente encerrados en sí mismos no libera, antes bien, actuando así nos malogramos y nos perdemos. Escalando las alturas del bien, el hombre descubre cada vez más la belleza que hay en la ardua fatiga de la verdad y descubre también que justo en ella está para él la redención”.

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