domingo, 6 de septiembre de 2020

La Exposición Estadounidense en el parque Sokolniki


Parque Sokolniki

Nixon inauguró la Exposición Estadounidense en el moscovita parque Sokolniki. El aspecto más notable de la exposición era una cocina con todas las comodidades, equipada con lavavajillas y cocina eléctrica, además del electrodoméstico más preciado de los estadounidenses, un enorme refrigerador. Era, declaró Nixon, “como las de nuestras casas en California”. “Nosotros también tenemos esas cosas”, replicó Jruschov. Pero Nixon pareció no escucharle. “Es nuestro último modelo. Es de un tipo que se fabrica en miles de unidades para su instalación directa en las casas. En Norteamérica nos gusta hacer la vida más fácil a las mujeres”.


Cuenta el historiador Niall Ferguson que para los rusos normales y corrientes, acostumbrados a las primitivas instalaciones de las atestadas viviendas comunitarias, ver la exposición era como vislumbrar un universo paralelo. Alrededor de cincuenta mil visitantes fueron a verla cada día; en total, la visitaron 2,7 millones de ciudadanos soviéticos. En Estados Unidos, los críticos de Richard Nixon solían preguntar: “¿Se fiaría usted de comprarle un coche usado a ese hombre?”. En Europa oriental, la mayoría de la gente habría estado encantada de poder comprarle una nevera usada. El frigorífico de Nixon parecía el arma capaz de ganar la guerra fría. Como diría acertadamente Jruschov: “Lo que en realidad estamos discutiendo no es cuestión de aparatos de cocina, sino de dos sistemas opuestos: el capitalismo y el socialismo”. También los norteamericanos lo entendían así. Otra atracción de la Exposición Estadounidense fue el último modelo de ordenador de IBM, el RAMAC 305, que permitía a los visitantes formular preguntas sobre la cultura y los logros materiales de Estados Unidos, que la máquina respondía.

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