viernes, 1 de diciembre de 2017

El califa Abu Bakr decidió poner por escrito el Corán.

 Corán andalusí del siglo XIII, 
Cuando Mahoma comunicaba las suras a sus seguidores, esas revelaciones eran memorizadas por memoriones, los fieles escribas cercanos a Mahoma, a quienes confiaba sus revelaciones. Entre ellos los más destacados fueron Muad ibn Chabal, Ubayy ibn Kab y Zayd ibn Tabit que las escribían en los más diversos materiales, como hojas de palmeras, piedras o hasta en los omóplatos de los camellos. Sin embargo, la escritura árabe en aquellos tiempos no podía reflejar exactamente el texto coránico, ya que aún no se había desarrollado lo suficiente y carecía de puntos diacríticos, de signos auxiliares y vocálicos. 

Visto el carácter heteróclito de los primitivos fragmentos manuscritos, los memoriones no conocían la totalidad del Corán, característica que dio lugar a muchos matices a la hora de recitar las suras. Desde el punto de vista de la crítica histórica y filológica, existen problemas para fijar con toda seguridad la cronología de las suras del Corán. En efecto, el profeta intercalaba revelaciones nuevas en suras anteriores y, por esta razón, no se podía fijar un orden definitivo en vista de la revelación de nuevas suras. Fue el primer califa, Abu Bakr, quien decidió tras la sangrienta batalla de Aqraba en el 633 crear una comisión de memoriones entre los supervivientes, pues quedaron muy pocos capaces de rememorar el Corán. En efecto, puesto que muchos de estos memoriones habían perecido, Abu Bakr consideró urgente poner por escrito el Corán, cuya transmisión hasta la fecha era oral. La tarea de escribir el Corán fue confiada al memorión Zayd ibn Tabit. Este primer Corán escrito quedó en manos de Abu Bakr que luego lo entregó al segundo califa Omar y a su hija Hafsa. Es
Otman Ibn Affan
lo que se designa como la primera recensión del Corán. No obstante en la época del tercer califa, Othman, hubo una proliferación de versiones del Corán, de modo que el califa ayudado por un consejo, decidió conservar algunas versiones que fueron autorizadas y legitimadas para luego formar el texto ortodoxo del Corán. Todas las demás versiones fueron quemadas y sus autores perseguidos y amenazados de muerte. Sin embargo, se debe la última recesión al califa omeya Abd al-Malik en el año 705, quien hizo vocalizar el texto ortodoxo del califa Othman, ya que al estar escrito en lengua árabe, en la que no se escriben las vocales, podía suscitar dudas en cuanto a su interpretación. De hecho hubo una evolución ortográfica a partir del siglo IX, en la que se introdujeron signos vocálicos y diacríticos a fin de evitar diferentes lecturas del texto coránico.

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