viernes, 28 de julio de 2017

Negrín insistió que el oro fuese a Moscú sin exigir garantías de su devolución a España.

Azaña y Negrín.
Cuenta el escritor Jose María Zabala que Marcel Rosenberg, recibió una carta en francés de Largo Caballero en la que se pedía permiso para enviar unas quinientas toneladas de oro a la Unión Soviética. A esta misiva siguió, dos días después, una segunda en la que se indicaba que el Gobierno republicano deseaba emplear el oro, con la ayuda soviética, para realizar pagos internacionales. Se trataba de un fabuloso tesoro acumulado en las cámaras del Banco de España desde los tiempos de los Reyes Católicos. El punto de partida del gran expolio de la República era el decreto firmado en secreto el 13 de septiembre de 1936, mediante el cual Azaña daba carta blanca a Negrín para que trasladase el oro cuando y donde quisiera.

Negrín pensó en transportar a la Unión Soviética 7.800 cajas de oro, con un peso de 510 toneladas métricas, de las que 460 eran de oro puro. A mediados de septiembre, diez mil cajas de oro fino que contenían más de quinientas toneladas de oro puro, casi todo en monedas, se habían traslado a Cartagena, junto con todas las reservas de plata. Cerca de una cuarta parte de todo el oro se había enviado ya a Francia para usos comerciales, y hasta febrero de 1937 aún se transportaría más hasta completar una cantidad total de 174 toneladas de oro puro, casi el 30 por ciento de las reservas.

Negrín insistió para que el oro fuese transferido a Moscú. No exigió garantía alguna de su devolución a España si los republicanos ganaban la guerra. Optó por fiarse de los soviéticos porque ni Francia, ni Reino Unido, ni mucho menos Estados Unidos podían asegurarle que mantendrían en secreto la custodia del codiciado metal, y probablemente lo entregarían a Franco si este derrotaba al final a la República.


La cantidad rondaba las diez mil cajas, cada una de las cuales contenía unos sesenta y cinco kilos en lingotes. El 25 de octubre de 1936, sobre las diez de la mañana, se cargó la última caja en uno de los barcos soviéticos.

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