sábado, 8 de julio de 2017

El mito Bismarck.

Bismarck
Después de que Bismarck se viese obligado a dimitir en 1890, surgió el mito (fomentado en gran parte por el descontento ex canciller y sus seguidores) del propio Bismarck como caudillo carismático que había cortado implacablemente los nudos gordianos de la política y resuelto por la fuerza los grandes problemas de la época. Lo que se mantuvo en la memoria del pueblo alemán fueron las guerras revolucionarias de Bismarck de la década de 1860, no los veinte años siguientes, en los que se esforzó por mantener la paz en Europa para dejar que pudiera asentarse el Reich alemán. Como confiaba a su diario durante una visita a la vieja residencia de Bismarck en Friedrichsruh el diplomático Ulrich von Hassell, un dirigente de la resistencia
Ulrich von Hassell
conservadora a Hitler en 1944: “Es lamentable lo falsa que resulta la imagen que hemos creado de él en el mundo, como el político militarista de la violencia, por una complacencia infantil en el hecho de que alguien consiguiese volver a situar a Alemania en una posición de influencia. En realidad, su gran mérito fue haber sabido hacer uso de una diplomacia y una moderación extremas. Comprendió como nadie qué era lo que había que hacer para ganarse la confianza del mundo, exactamente lo contrario de lo que vemos hoy”.

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