domingo, 22 de enero de 2017

Muerte del socialismo democrático.

Tras décadas de abundancia en las que los gobiernos socialdemócratas de posguerra sentaron las bases de los programas modernos de protección social en toda Europa, varios factores se confabularon para producir un cambio. El reto para los socialdemócratas progresistas había sido siempre mantener un equilibrio políticamente sostenible entre los ingresos de los impuestos y la inversión en servicios públicos. Para Suecia y Gran Bretaña, entre otros, ese equilibrio se rompió en las décadas de 1970 y 1980, cuando la deuda pública se disparó sin control, las industrias pesadas tradicionales entraron en decadencia y las relaciones entre gobiernos y sindicatos se tensaron hasta bordear la ruptura. 


En términos geopolíticos, el final de la guerra fría y el hundimiento del comunismo desacreditaron a la socialdemocracia y cuestionaron su papel de punto intermedio entre el comunismo soviético y el individualismo estadounidense. Más amenazantes aún a largo plazo, las fuerzas de la globalización, al permitir el movimiento rápido de capitales y mano de obra por las fronteras, empezaron a dejar al descubierto prácticas nacionales poco competitivas y a privar a los gobiernos del control sobre el destino económico de sus propios países en el que se basaba el intervencionismo socialdemócrata, dice Ben Dupré. En un mundo online dominado por inmensas corporaciones multinacionales, las aspiraciones socialdemócratas parecían
Tony Blair
cada vez más obsoletas. Enfrentados a ese peligro, muchos empezaron a plantearse una “Tercera Vía”. En esencia una posición de centro-izquierda, en la que una versión comprensiva del capitalismo se conjugaría con el compromiso socialista con la igualdad y la protección social. En 1997, los Nuevos Laboristas británicos liderados por Tony Blair ganaron las elecciones como pioneros y defensores de la Tercera Vía. Pero no llegó a convencer a los críticos, que creían que el precio pagado por rescatar la socialdemocracia fue la muerte del socialismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario