sábado, 5 de marzo de 2016

Fueron los demócrata-cristianos los que desempeñaron el papel principal en el establecimiento del Estado del bienestar.


El pasado día uno de Marzo Don Pedro Sanchez manifestó en sede parlamentaria que los socialistas fueron los creadores del estado del bienestar.Fuera de Escandinavia, en Austria, Alemania, Francia, Italia, Holanda y otros países, no fueron los socialistas sino los demócrata-cristianos los que desempeñaron el papel principal en el establecimiento y gestión de las instituciones centrales del activista Estado del bienestar. 

Incluso en Gran Bretaña, donde el Gobierno laborista de Clement Attlee inauguró después de la Segunda Guerra Mundial el Estado de bienestar como lo conocimos, fue el gobierno de Winston Churchill el que durante la guerra encargó y aprobó el Informe de William Beveridge (a su vez, liberal), que estableció los principios de la provisión pública de bienestar: principios que fueron reafirmados y suscritos con posterioridad por todos los gobiernos conservadores hasta 1979.

Los estados de bienestar del siglo XX no se construyeron como avanzadillas de una revolución igualitaria, sino como barreras contra el regreso del pasado: contra la depresión económica y su violento resultado polarizador en las políticas desesperadas del fascismo y del comunismo. 

Los estados de bienestar eran estados profilácticos. Fueron diseñados conscientemente para satisfacer el anhelo generalizado de seguridad y estabilidad que John Maynard Keynes y otros previeron mucho antes del final de la Segunda Guerra Mundial y superaron todas las expectativas. Gracias a medio siglo de prosperidad y seguridad, en Occidente hemos olvidado los traumas políticos y sociales de la inseguridad masiva. Y así hemos olvidado por qué heredamos esos estados de bienestar y qué fue lo que dio lugar a su nacimiento.


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