martes, 10 de octubre de 2023

La inmensa mayoría del pueblo chileno acogió con alivio el derrocamiento del régimen de la Unidad Popular

Salvador Allende con casco el día del golpe militar en 1973

A primera hora del 11 de septiembre de 1973, unidades del ejército chileno ocuparon los puntos estratégicos del país. Salvador Allende, líder socialista y presidente de la República, llegó a La Moneda, el palacio presidencial, a las 7:40. Después de que los aviones bombardearan el palacio, no tuvo más remedio que rendirse. A las dos de la tarde, los últimos miembros de la guardia presidencial se entregaron a los militares. Allende se suicidó.

Embajada de Suiza en Chile 

En la embajada suiza en Santiago de Chile, la noche del 11 de septiembre, brindaban con champán por la caída del gobierno marxista de la Unidad Popular, la alianza de izquierdas que apoyaba a Allende. Eso es lo que cuenta el joven reportero Jacques Pilet, corresponsal en Chile del periódico suizo 24heures, basándose en lo que le había contado el embajador Charles Masset. Pocos días después, Charles Masset, tras consultar al Departamento Político Federal (DPF, más tarde Departamento Federal de Asuntos Exteriores), presentó sus felicitaciones oficiales al nuevo régimen. El reconocimiento de Suiza llegó pronto, la mayoría de los demás estados occidentales lo hicieron pasadas varias semanas.La diplomacia suiza había mirado con hostilidad el proyecto político de Allende desde el principio. Cuando, tras varios intentos, el líder de la Unidad Popular ganó las elecciones presidenciales el 4 de septiembre de 1970, Roger Dürr, predecesor de Charles Masset al frente de la embajada suiza en Chile, removió el fantasma de una dictadura comunista. "Tras el anuncio de los resultados de las elecciones parlamentarias, un ambiente de pánico se extendió por la población de Santiago, que no excluía a los miembros de la colonia suiza", escribió el 11 de septiembre.
"La inmensa mayoría del pueblo chileno (alrededor del 65%) acogió con alivio el derrocamiento del régimen de la Unidad Popular, lo que significaba para ellos el fin de una pesadilla", informó el embajador Masset en Berna el 17 de septiembre de 1973. "Una junta militar proclamó que asumía el gobierno de la República para salvar al país del caos y de la guerra civil, para reconstruirlo restableciendo el orden”. Las señales de apoyo al golpe también llegaron desde la colonia suiza en Chile. "No queremos asistir pasivamente a las actividades de supuestos periodistas que, ignorando los hechos, glorifican un sistema y a sus representantes que, a corto o largo plazo, llevarían a Chile al caos total o a la guerra civil", escribieron 17 profesores del Colegio Suizo en una carta abierta a la prensa.
Referencia: ANDREA TOGNINA, SWISSINFO


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